Capítulo veintisiete.

1K 48 9
                                    

ARRUINADA

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ARRUINADA

Sophia...

Desperté sobre Mattia. Literalmente sobre él.

Mi mejilla apoyada contra su pecho, mis brazos envolviendo su cintura y sus manos derecha e izquierda apoyadas en mi cara y omoplato respectivamente.

Mierda.

Nuestros cuerpos se alineaban en todas las partes interesantes haciéndome hiperconsiente de una zona dura presionada contra mi cadera

Por suerte Mattia seguía durmiendo e intenté con todos mis esfuerzos ponerme de pie sin despertarlo, pero al moverme mi cabello rozó su rostro arruinando radicalmente mi misión.

Maldito cabello de escoba. Sus ojos azules adormilados y sorprendidos se encontraron con los míos.

—Yo... lo siento... me debo haber movido en la noche.

—Está bien. —dijo con voz ronca restregando sus ojos para despertar. No parecía nada incómodo como yo lo estaba ¿Es que no se daba cuenta de lo cerca que estábamos?

—Voy a...—di un respingo lo que solo empeoró la situación, ya que rocé una parte bastante sensible del chico debajo de mí haciéndolo jadear ligeramente —... levantarme y...

—¿Podrías dejar de moverte un segundo? —pidió con una voz aún más ronca y áspera, colocó una mano en mi cadera para dejarme quieta —Solo quédate quieta ¿Vale?

—Vale —murmuré con el rostro en llamas. Era más fácil ser atrevida con Mattia cuando le odiaba, pero esto de ser amigos provocaba que estas situaciones se tornaran incómodas.

Respiré hondo y me puse de pie a toda velocidad procurando no restregarme contra él como gata en celo.

—Lo siento...—murmuró pasándose las manos en la cara —... si te hice sentir incómoda.

—¿Incómoda? —chillé y me aclaré la garganta —Naa, después de todo no fue por mí ¿no? Es lo que les pasa a los tíos en la mañana, no hay problema, me voy a la ducha.

Casi corrí al baño y cerré la puerta detrás de mí. Me recosté contra la fría madera y por fin pude regular un poco mi respiración.

🧨

Mattia...

Vale, entonces era la primera vez que despertaba abrazando a una chica y ella había corrido despavorida a esconderse al baño.

Sinceramente no sabía como tomármelo.

Cuando escuché el agua de la ducha correr, me levanté para dirigirme a mi propia habitación; y aunque intentaba convencerme a mi mismo de que había dormido en el cuarto de Sophia por mera preocupación de si entraba alguien al apartamento, la mayor parte de mí quería quedarse.

Un último disparo [Vittale #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora