Capítulo 2

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Los gritos del público se escuchaban por todo el parque, apoyando al pelinegro quien este golpeaba sin piedad al rubio.

- ¡Mátalo!.--- gritaban algunos.

- ¿Tienes miedo, Hanagaki?.---  Hablo otro mientras reía.

- ¡Eres aburrido!, ¡Ya rindete!.

Todos estaban animados de aquella escena, sin embargo un grupo de cuatro amigos no disfrutaban de la pelea, sus corazones latían sin parar, sus respiraciones no eran normales y la sensación de querer hacer algo no desaparecía.

¿Era el fin de su amigo?, ¿Por qué sus pies no se movían?, ¿por qué tienen que ser tan idiotas?, querían ayudarlo pero no podían, eran débiles y si se entrometían lo más seguro era que otros los detendrían, golpearían y quizás los llegarían a matar. Sin embargo... uno de ellos estaba decidido a cometer un delito, todo para salvar a su amigo.

Apuñalar a Kiyomasa.

-¡Takemichi!.- grito uno de sus amigos.

El mencionado había recibido un fuerte golpe en el rostro, casi quedando inconsciente, sus piernas temblaban y apenas podía mantenerse en pie.

-¡Ya basta, Takemichi!.- Hablo desesperado su amigo de lentes.

-¡Te van a matar!.- Hablo su amigo pelinegro.

El amigo pelirrojo bajaba lentamente las gradas, empujando levemente al público, quienes estos lo miraban con una expresión confusa, molesta, divertida y otros neutros.

Cuidadosamente saco la navaja que llevaba consigo, mirando a Kiyomasa y a su amigo, esperando el mejor momento para atacar.

-Claramente iré a la cárcel después de esto... pero si con esto salvaré a Takemichi valdrá la pena.- pensó.-

Estaba tan sumergido en en pensamientos que no noto cuando los demás guardaron silencio. Volvió a poner su vista sobre la pelea y pudo ver las acciones del rubio, quien este se aferraba a la cintura de Kiyomasa.

-¡Suéltame, infeliz!.- Kiyomasa trataba de quitárselo de encima.

El sonido de los golpes y quejas eran los únicos que se escuchaban. Y al fin logró empujarlo... apartándolo de él.

Takemichi permanecía unos segundos de pie sin decir nada y para sorpresa de todos este sonrió y..

- ¡Aún no!.- exclamo Takemichi limpiándose la sangre de su nariz.

Nuevamente sus amigos le gritaban, tratando de convencerlo de que se retirara.

- No.- dijo firme y con una sonrisa en su rostro.- Esto no basta... para enmendar lo débil que ha sido mi corazón, ¡estos últimos 12 años!.- Su cuerpo de tambaleaba pero eso no evito que nuevamente corriera contra Kiyomasa.

- ¿De que mierda habla?.- Pregunto el pelinegro, confundido con las palabras de su amigo

Todos estaban confundidos.

- Hui, Hui, Hui, y Hui, era lo único que hacía.- dijo mientras apretaba su mandíbula.

El pelirrojo guardo su navaja y con todas sus fuerzas grito.

- ¡Detente, Takemichi!.

- ¡NO PUEDO RENDIRME!.- dijo seguro de él mismo.- ¡Tengo un motivo para no hacerlo!.

Miro a Kiyomasa con una expresión retadora.

- Si de verdad quieres ganar... ¡tendrás que matarme!.- rio.- ¡Por qué no pienso rendirme!.

El Tesoro De Mikey; Sano ManjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora