Capítulo 7

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15/Diciembre/2018

No puedo decir que he estado muy ocupada con trabajos de la universidad, la verdad es que no me han dejado muchos, pero si he tenido que trabajar, la señora Marie salió de viaje desde hace dos días y he estado cuidando a Brian, no es muy difícil o cansón para mi ya que el niño es muy obediente.

Hoy es sábado y por lo tanto Brian no tiene colegio, no he pensado en hacer algo para divertirnos, solo lo levanté para que se bañara, quizás se nos ocurra hacer algo, le di su desayuno mientras que veía caricaturas en la televisión del salón que daba perfectamente al comedor.

El sonido de mi celular avisándome de que estaba recibiendo una llamada me interrumpió, así que dejé de hacer los quehaceres de la cocina para mirar quién era y vaya que me sorprendió.

Thiago, la palabra alumbraba la pantalla de mi celular, desde el día en que me dijo que me había mandado el mensaje lo guarde, pero solo porque no me gusta tener números sin registrar, nada más por eso.

Si, claro.

—¿Si?—ignoré a mi conciencia.

—Amargada, soy yo...

—El metiche—terminé por él.

—...Thiago, pero si ¿Cómo estás?

—Pues bien, supongo ¿A qué se debe la llamada?—pregunte directa.

—Quería saber como estabas, normal.

—Pues ya te respondí que bien ¿Algo más?

—Si ¿Quieres salir conmigo hoy?— su pregunta me tomo por sorpresa.

Una bonita sorpresa.

Cállate conciencia, por favor.

—¿Ah?

—¿Qué si quieres salir conmigo hoy?—volvió a repetirme.

—Yo...amm...estoy trabajando— dije finalmente.

—¿Estás cuidando a Brian?

—Si.

—Bien—me colgó.

Que grosero.

—¿Quién era?—preguntó Brian desde el comedor.

—Nadie, come rápido para lavar tu plato—no tenía porque saber que el metiche me había llamado, incluso ni se acordará de él.

—Ya acabe—me paso el plato— Estaba delicioso, gracias.

—No hay de qué—le revolví el cabello—Ve a jugar un rato a tu habitación, terminaré aquí y después miramos si vamos al parque o si salimos.

—Si—asintió y salió a su habitación.

Yo seguí lavando los trastes que habían y al terminar decidí fregar/trapear el piso de la cocina, pero fui interrumpida por unos golpes en la puerta. Me limpié las manos en el delantal y fui a abrir.

—¡Ailana!—vi como un cuerpecito se aferraba a mis piernas abrazándome.

—¿Camille?—murmuré sorprendida.

—Que bien te queda el papel de ama de casa—murmuró Thiago entrando a la casa y saludándome con un beso en la mejilla.

Mire mi outfit, menos mal que apenas me levanté me bañe y arregle con un jean vino tinto que me queda pegado al cuerpo, un buso manga larga negro y unos tenis negros, solo que el delantal me lo tapaba.

—¿Qué...qué hacen aquí?

—Dijiste que estabas trabajando y casualmente yo iba a cuidar a Camille, así que se me ocurrió la brillante idea de qué podríamos salir los cuatro—respondió simplemente.

Coincidir ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora