Capítulo 41

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(Música de fondo, All I Want de Kodaline)

01/Noviembre/2019

Un leve dolor de cabeza me hizo despertar del lugar en donde estaba, mis ojos se abrieron poco a poco acoplándose a la luz que entraba por una de las ventanas. En mis manos habían unas cosas conectadas, la habitación blanca me indicaba el lugar donde me encontraba, entonces, recordé todo.

Thiago.

Mierda, necesito saber cómo esta Thiago, necesito verlo ahora. Me levanto de la camilla y arranco los cables de mis manos, trato de levantarme, pero al hacerlo tan rápido me mareo, en eso una enfermera entra la habitación.

—Señorita, no puede levantarse.

—Quiero ver a mi novio ¿En dónde está?

—Usted esta delicada de salud, lo mejor es que descanse.

—No me importa, solo quiero ver a Thiago, dígame en donde esta.

—No puedo decirle nada...

—¡Dígame en dónde está Thiago!—grité desesperadamente.

—No puede tener este tipo de emociones.

—¡No me importa! ¿En dónde está Thiago?

—Ailana—ingresaron a la habitación.

—Anahí ¿Cómo está Thiago? Quiero verlo, esta enfermera no me deja ir con él, llévame con Thiago ahora—sollocé.

—Ailana, tranquilízate, no es bueno para tu estado.

—¿Cuál estado, Anahí? Solo quiero ver a Thiago, por favor—mi confusión era muy poca comparada con la preocupación.

—Ailana, escúchame—tomó mi rostro entre sus manos—Te desmayaste en el departamento, te trajimos al hospital, y el Doctor nos informó que estas embarazada.

—¿Embarazada?—una pequeña sonrisa brotó en mis labios—Thiago tiene que saberlo, necesito ir con él, llévame.

—Ailana, él no está bien.

—¿Cómo que no esta bien? ¿Pero se recuperará?

—No lo sé.

—¿No lo sabes? ¿A quién le pregunto? Llévame con el Doctor.

—Thiago cayó en estado de coma—esas palabras fueron la detonantes.

—No, no puede ser, tengo que verlo Anahí, él no puede estar en estado de coma ¡No!—tomé mi cabello con desesperación.

—Tranquilízate...

—¿Qué pasó? ¿Por qué tuvo el accidente?

—Al parecer cuando bajó a comer algo y volvió a subir se le olvidó ponerse el cinturón, en otro auto venía un tipo borracho, hizo una maniobra que causó que Thiago frenara tan fuerte que salió...por la ventana del auto—un sollozo salió de mi garganta.

¡¿Cuántas putas veces le dije que se pusiera el puto cinturón?!

—Quiero verlo, por favor, necesito verlo—le rogué.

—Pero tienes que tranquilizarte, por tu bebé.

—Lo haré—no sabía si lo haría de verdad.

Salimos de la habitación, caminamos por otro pasillo, y allí mi alma volvió a romperse, verlos a todos tan preocupados, sus padres con lágrimas en sus mejillas, todo era un recordatorio de que podía llegar a perderlo, y no quiero que eso pase.

Coincidir ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora