Capítulo 19

155 9 0
                                    


08/Abril/2019

Puedo asegurar que anoche descanse muy bien, no sé exactamente en que momento de la noche me quede dormida, pero creo que fue temprano porque siento que dormí demasiado tiempo. Abrí mis ojos lentamente tratando de que ellos se acostumbren a la luz que entra por la gran ventana de la habitación de Thiago, tenía una sábana sobre mi cuerpo y no había nadie a mi lado así que también me asegure de que no estaba en algún lado de la habitación o en el baño, donde aproveche para lavarme la cara y los dientes con el cepillo nuevo que estaba sobre el lavado—sabía que era nuevo porque estaba en su empaque—también hice mis necesidades y salí de la habitación.

Seguí el camino hasta la cocina en donde me encontré a un Thiago vestido con un conjunto de sudadera gris—que es mi color favorito—y el cabello húmedo mientras que voltea una tortita en la sartén, cuando gira por algo nuestras miradas chocaron y me sonrío.

—Buenos días—me saludó.

—Buenos días—respondí incómoda—Pudiste levantarme para irme a la residencia.

—Estabas muy cómoda, además creo que eres de las que se enoja cuando la levantan. Y si lo que te preocupa es que hayamos dormido juntos, no hay de que preocuparse, en cuanto te dormiste me pase a la habitación de invitados—su confesión me dio paz.

—Gracias—esta vez le sonreí yo.

Él se apoyo sobre sus codos en la barra que hay en la cocina para inclinarse hacía mi y volver a hablar.

—Lo que menos quiero es hacerte sentir incómoda, todo será a tu tiempo, cuando estés preparada—me acerqué a él y deposite un corto beso en sus labios.

—Gracias, de verdad.

—No tienes nada que agradecer. Hice el desayuno—cambió de tema.

—Huele delicioso—vi el plato de tortitas que estaba en el mesón—Y se ven deliciosas.

—Y lo están, estoy muy seguro que lo están—me sirvió algunas en un plato.

Di el primer bocado y definitivamente estaban deliciosas, creía que Thiago no tenía el buen don de la cocina, pero hoy me dejo callada, no miento al decir que son unas de las mejores tortitas que he probado, es que son tan esponjosas, suaves y deliciosas, yo soy buena para la cocina, pero de todas la veces que he preparado tortitas nunca me quedan esponjosas, de todos modos son ricas y comestibles, pero no esponjosas y así me encantan a mi, esponjosas.

¿Cuántas veces he dicho esponjosas? Porque creo que demasiadas.

—Mmmm, deliciosas.

—Unas de las pocas cosas que me salen bien—comentó mientras me pasaba un vaso de jugo de naranja.

—Si estas están así, no puedo imaginar como estarán las otras cosas, cocinas bien.

—Pero tu no te quedas atrás, la vez que llegamos tu cocinaste para nosotros, ese día no te dije lo delicioso que estaba todo ya que me distraje pensando en como invitarte a una cita—me recordó.

—Como olvidar ese día, estabas muy nervioso mientras me invitabas—me burlé y él entrecerró sus ojos hacía mi.

—Era porque no sabía como reaccionarías, si nos habíamos besado en varías ocasiones, incluso ya nos habíamos visto en prendas menores—su comentario me hizo sonrojar mientras que él solo sonreía—Pero es que eras tú, contigo no se estaba seguro de nada, había un 50% de aceptarás y otro 50% de que me rechazarás.

—Pero al final acepté, incluso lo de ser tu novia, esos nervios sirvieron de algo.

—¿Ah si?

—Claro, porque me pareció tierno, creo por eso acepté, si no hubieras estado nervioso seguro que te habría rechazado—me encogí de hombros.

Coincidir ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora