15/Julio/2019
Hoy es el día del juicio.
En la mañana desperté demasiado temprano, en la noche no pude dormir mucho por la preocupación y la pensadera de todo lo que se avecina hoy. Por lo que era muy temprano me arreglé y salí a correr casi como por dos horas, pero antes de salir del departamento le dejé una nota a Thiago para que no se preocupara cuando se despertara y no me encontrara en la habitación.
Cumplidas ya las horas de correr volví al departamento, pero antes pasé por una panadería para comprar unas donas cubiertas de chocolate que he visto que a Thiago le gustan demasiado y quizás también tengo muchas ganas de comer chocolate. Cuando llegué al edificio allí estaba George, que me brindó una gran sonrisa al verme.
—Buenos días, Señorita Ailana.
—Buenos días, George ¿Cómo ha estado?
—Muy bien, muchas gracias.
—Le traje una dona, para que endulce el día.
—No tenía que ponerse en esas.
—Pero si quería—le di la dona—Provecho.
—Gracias.
—No hay de qué—le sonreí—Voy adentro.
—Claro que si.
Subí al ascensor para ir al departamento, al entrar Thiago estaba sentado en el sillón con una traza de café en la mano, su vista estaba perdida en la ventana y el cielo.
—Buenos días—saludé, su vista dejo la ventana para venir a mi junto a una sonrisa.
—Buenos días ¿Cómo estás?
—Bien. Traje unas donas cubiertas de chocolate, sé que te gustan—le di la bolsa en donde venían.
—Gracias ¿Quieres café? Para que acompañes la dona.
—Vale.
Él se levantó del sillón para ir a servirme café, mientras, yo me senté al otro lado del sillón y también empecé a ver la ventana. Thiago llegó y sentó a mi lado ofreciéndome el café, que recibí con gusto, comimos en total silencio, pero como siempre con él, no era un silencio incómodo, sino reconfortante.
—¿Cómo estás con lo de hoy?
—Bien, podré hacerlo—aseguré.
—¿Hablaste con la Psicóloga sobre eso?
—Si, es de lo que único que hemos hablado últimamente—le di un sonrisa débil.
—Yo estaré contigo ahí, tienes todo mi apoyo lo sabes ¿no?
—Lo sé, gracias por eso—apreté su mano antes de levantarme—Voy a ducharme y arreglarme, no quiero llegar tarde.
—Yo también haré lo mismo.
Fui a la habitación para alistar mi ropa, la cual consistía en un traje de pantalón negro, como camisa me puse un buso cuello tortuga blanco y por cuarta vez en mi vida me puse unos tacones negros no muy altos, era un outfit formal. Mi maquillaje era natural, como siempre un poco de rímel a prueba de agua en mis ojos, aunque tengo claro que hoy no voy a llorar, pero es mejor prevenir que lamentar, en mis labios puse un labial rosa claro. Mi cabello lo recogí en una cola alta dejando dos mechones en mi rostro.
Al estar lista salí de la habitación y encontré a Thiago en la cocina tomando una lata de Coca Cola, iba vestido también formalmente, nos pusimos de acuerdo al vestirnos de negro, él traía una camisa negra de botones junto con un pantalón negro y unos mocasines negros, no voy a negar que me recordó al día en que me pidió que fuéramos novios.
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Coincidir ©
Novela JuvenilAmor. Una palabra que no estaba en mi diccionario, una palabra que quería dejar atrás junto a la niña que deseó ser hoy, pero que no volverá por más que quiera. Hombre. Un ser que me exigía dejar en el pasado, pero uno de ellos cambia mi presente y...