06/septiembre/2019
Podría decir que en la mañana del día de hoy he despertado por los pajaritos cantando, por la luz del sol entrando por la ventana, incluso por que alguien en especial me haya despertado, pero no, me desperté cuando sentí que algo me bajó, ni alguna vez caí en cuenta o le tome importancia que Thiago no estuviera en la cama, pues corrí de inmediato al baño para que no ocurriera algún accidente en la cama, al cerrar la puerta quizás me pasé un poco y la cerré con fuerza.
—Mierda—susurré.
—¿Fiona?—algunos golpes se hicieron escuchar en la puerta.
-¿Si?
—¿Estás bien? ¿Qué pasa?
—No, estoy bien, no pasa nada—mire el accidente en mi ropa interior.
Es obvio que Thiago no tiene nada que me ayude en su baño, de todos modos busqué, por descartar, pero me percaté de que verdad no había nada.
—Si pasa algo—agregué rápidamente.
—¿Qué es? ¿Te sientes mal?
—No, osea si me siento mal, pero ya estoy acostumbrada a sentirme así cada mes.
-No entiendo.
—Para que entiendas, nuestra hija no se esta desarrollando.
—¿Te bajó?
—Si, y necesito mis toallas higiénicas, también ropa interior.
—Dame diez minutos.
-Valle.
Aproveché para meterme a la ducha y lavar mi cabello, sabía que Thiago había ido al mercado por las toallas y tardaba un poco, y dado a que yo también tardo lavándome el cabello, pues lo haré. Cuando ya estaba acabando escuché como habrían la puerta del baño.
—Te las dejo aquí—asomé un poco mi cabeza.
—Gracias, Te amo.
—También te amo—dejó un casto beso en mis labios.
—En un momento salgo.
—Te espero afuera.
Salió del baño y yo seguí con lo mío, al terminar salí de la ducha y tomé la ropa interior que me trajo Thiago, también iba a tomar una toalla, pero se me fue difícil al ver la cantidad que había, con alas, sin alas , nocturnas, ultra delgadas y otras que ni siquiera sabían que existían, tengo reserva de toallas para unos cuatro meses. Cuando me decidí por una con alas y cepillé mis dientes, salí del baño para ir al armario y vestirme con un conjunto deportivo negro que tengo precisamente para estos días, pues es calentito para mis cólicos y es cómodo.
Ya al estar lista salí de la habitación hacia la cocina, en donde Thiago ya tenía el desayuno listo, junto a otras cosas.
—La señora del mercado me dijo que esta pastilla te ayudaría mucho con los dolores.
—Gracias...—alargue la palabra.
—¿Pero?
—Yo no tomo medicamentos, las aguas caseras son mejores para mi salud.
—Lo siento, no lo sabía. De todos modos te hice una agua de Canela, leí en internet que era buena.
—Es la que normalmente tomo, gracias—me acerqué y deje un beso en su barbilla.
—No tienes nada que agradecer, como.
En la mesa estaban los platos ya servidos con algunas tortitas, pero no todos, tenían demasiado chocolate por encima, delicioso. Una gran sonrisa adornó mis labios, pues el chocolate es uno de mis grandes antojos a la hora de que me baja.
ESTÁS LEYENDO
Coincidir ©
Genç KurguAmor. Una palabra que no estaba en mi diccionario, una palabra que quería dejar atrás junto a la niña que deseó ser hoy, pero que no volverá por más que quiera. Hombre. Un ser que me exigía dejar en el pasado, pero uno de ellos cambia mi presente y...