Sus labios, sin duda eran mi nueva perdición, creía estar seguro respecto a los temas del corazón, mantenerse apartado había sido lo mejor, después de la primera decepción amorosa, no quedan muchas ganas de intentar algo igual, pero ahí estaba Aspen, refugiada entre mis piernas, no podía asociar ningún pensamiento malo, nada negativo salía de ahí, y es que, ¿cómo podía?, era imposible, realmente le gustaba a mi corazón sentirse acelerado, a mis manos tocar aquella delicada piel y a mis labios, besar cada pedazo de piel expuesta que observarán mis ojos.
Realmente me gustaba estar cerca de ella, no había una sensación que se igualase a todo lo que estaba die riendo en ese momento, había sido una idea exquisita haberlas traído a ver películas de terror, ya podía escuchar los agradecimientos de Darkness. Amaba a mi mejor amiga, Daylight era ese rayo de sol que jamás tenía que apagarse y cuando pensé que la perdería, sufrí bastante, y no me importaba rogar por su perdón sí depuesto de esto ella salía molesta de aquí, pero sabía que deseaba estar aquí tanto como yo, podía ver el amor que tenía por Darkness, a miles de kilómetros podrías ver ese anhelo reflejado en sus ojos, y lo mismo sucedía con Darkness, no había ni un sólo día que no escucháramos absolutamente todos, todo aquello que tenía que contar sobre su amada, era un favor que les estaba haciendo, pues sin duda ellos por sí solos no harían nada.
Sonreí al notar que Blueness pegaba, nuevamente, un brinco en su lugar, en esta ocasión, la abrace más a mí, para poder tener más acceso a su cuello, mi boca estaba lo suficientemente cerca de oído para poder susurrarle.
-¿Es mucho para ti?, ¿quieres ir a otro lugar?
Ella negó con la cabeza, y aunque estaba seguro de que no estaba pasando un buen rato, intentaba con todo mi esfuerzo tranquilizarla, ella me lo permitía, así que tenía menos acceso a todo lo que ella me ofrecía.
Recargó su cabeza en uno de mis hombros, aún estaba atenta a la función, pero, yo no lo estaba, ciertamente no había nada más allá que no fuera ella, ¿y cómo podría ponerle atención a algo que no fuera ella?
Deje un reguero de besos sobre la mejilla cercana a mis labios, y sé que era egoísta de mi parte pensar sobre cuándo tendría nuevamente la gratificante oportunidad de sentir sus labios sobre los míos.
-¿Te he dicho en algún momento lo mucho que me gustas?
Sentí como cada parte de su cuerpo se tensaba entre mis brazos, no entendí se me había precipitado con mis palabras o sí la había incomodado, y por supuesto su bienestar estaba por encima de cualquier cosa, y sí eso significaba tener que guardar mis sentimientos para mantenerla tranquila, sin duda lo haría.
-¿Te incomode?-intente calmar aquella situación.
-No, no, nada de eso, lo siento. -se giró en mi dirección y tomándome completamente por sorpresa dejó un suave beso sobre mis labios.
-Mmm... creo que lo tomaré como un "también me gustas" -sonreí, pero como cada vez que podía, me desarmaba, y eso en el buen sentido.
Asintió con la cabeza y esta vez colocó más intensidad en su beso, y aunque aquello no pasará más allá de una presión de labios, era suficiente para mí, realmente lo era.
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The Evermore Garden
Teen FictionEl jardín Evermore, aquel que guarda grandes historias, infinitos romances, preciosos paisajes... pero, sobre todo, dramas y secretos, algo muy digno para un joven; un joven que comienza adentrándose en aquel nuevo mundo, llamado "amor", pero muy in...