26. "You got what I want"

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Las citas poco a poco se volvieron lo suficientes como para perder la cuenta de ellas, la compañía entre uno y él otro era maravillosa, ninguno parecía tener queja alguna

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Las citas poco a poco se volvieron lo suficientes como para perder la cuenta de ellas, la compañía entre uno y él otro era maravillosa, ninguno parecía tener queja alguna. Sólo dos jóvenes enamorados intentando absorber todo lo que el otro le ofrecía, soñaba a locura, a intensidad, pero ni siquiera aquella podía aterrarme, aquella armadura se había quedado poco a poco atrás, reposando en la oscuridad, pues ahora la valentía era la que se apoderaba de mí. En una de esas muchas salidas, Morfeo me convenció de ir a un lugar especial para él, no sabía de lo que se trataba, quería que fuera sorpresa, así que se lo concedí. Estábamos camino a ese lugar misterioso, el cual no parecía estar muy lejos de nuestra ruta habitual. Él personalmente había ido hasta la casa para pedir permiso especial para aquella salida; ya tenía un tiempo desde que había presentado a Morfeo a mis padres, todo había salido muy bien, ambos se habían agradado y ahora se llevaban de maravilla, pero, no me sorprendía realmente. Era de esperarse que ambos se llevasen bien, puesto que Morfeo tenía todas las características de un chico que sólo puedes llegar a imaginar, bueno, sin duda era una señal de enamoramiento el hecho de que llegara a verlo tan fantástico. Las nuevas experiencias siempre me habían gustado, y al ser esta una de esas muchas nuevas experiencias las que me faltaban por vivir, me emocionaba en todos los buenos sentidos de la palabra.

-Me gusta tu auto... -le murmure mientras aún nos encontrábamos camino al lugar especial de Morfeo.

-Mm... y, ¿eso es todo lo que te gusta de mí?

Me reía de aquel comentario, sin duda era algo que me gustara, pero, ¿de él?, había mucho más que algo material.

-Tú buen gusto por la literatura, también...

Él mantenía una sonrisa en su rostro, demostrándome lo agradable que le resultaba la conversación, me había hecho saber en múltiples ocasiones que aquello, aquellas conversaciones espontáneas le gustaban, el que yo me sentara hablarle con tanta libertad, tanta emoción incluso de temas triviales.

-Mm... bueno, no negaré que tengo un particular buen gusto por la literatura.

-¿Qué vamos a leer hoy? -era común que con él cambiara el tema la mayor parte del tiempo, y no era cuestión de distraerlo, simplemente las preguntas salían tan de repente que no podía detenerlas.

Pensativo me dirigió una mirada, ¿en qué estaría pensando?

-De acuerdo, ya todo será una sorpresa, definitivamente puedo revelarte ese detalle.

Asentí sonriente, pues tenía razón, él sabía que era impaciente respecto a las sorpresas, la curiosidad sin duda era mi segundo nombre.

-Peter Pan... -el silencio que vino depuesto de ello, nos embarcó por el resto del camino.

Aquel clásico era uno de sus favoritos, y debí haberlo deducido, puesto que estábamos dirigiéndonos a su lugar especial, Peter Pan, lo habíamos releído tanto que nos vimos obligados a cambiar la edición por lo delicada que se estaba colocando.
A decir verdad, una parte de mí ya le guardaba mucho cariño a aquella historia, todo lo que emanaba de el me recordaba al chico de ojos océano, muy dentro de mí sabía que aquel libro ya se había vuelto uno de mis favoritos.

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