23. "I never thought I'd hear my heartbeat so loud"

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Caminábamos tan rápido como los lugares de las personas nos permitían

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Caminábamos tan rápido como los lugares de las personas nos permitían. Habíamos dejados Daylight con Darkness, sí bien, en ningún momento me había dicho que no quería verlo, podía percibir cierto rechazo hacia él, y me sentía demasiado culpable al respecto, quería ayudarla, pero no estaba segura del todo que aquello fuera a generar cierto desagrado, y esperaba que no fuera así, no, lo que menos deseaba era molestarla, en lo absoluto.

-No deberías preocuparte... no se molestará con nosotros.

Morfeo me observaba, y podía notar en su mirada, ternura. Su mano acompañaba aquel gesto, dejaba caricias suaves sobre la mía mientras nos dirigía a uno de los asientos apartados, pero, no lo suficientemente lejos, como para poder apreciar de aquel séptimo arte.

Nuestro alrededor parecía ser sacado de una película de los ochenta, realmente era original, un parque lleno de mantas cómo se las parejas que estuviesen en ellas, fueran a tomar un pícnic, en cambio, no era así, pues al frente se podía verla la gran pantalla donde pasaban algunas imágenes de algunas películas clásicas. El chico de ojos océano, se detuvo frente a una manta verde Aqua, justo a un lado de lo que parecía ser un árbol de limón.

-Este es nuestro asiento, después de ti. -sonríe divertida, pues había hecho un gesto muy propio de príncipe, caballeroso. Me senté en medio de aquella manta, dándole el espacio suficiente para que él pudiera hacer lo mismo... -¿Sabes por qué elegí este color?

Pasaba la mano por la manta, en búsqueda de la mía, la cual no dude en darle, estaba procesando su pregunta, pues claramente no la entendí, ¿había algo que recordar que tuviera relación con aquel color?

-¿Por qué?-decidí rendirme, la curiosidad me invadía por mucho.

-Me recuerda al precioso color de tus ojos.

-Pero no son de este tono... -le respondí divertida, pues estaba claro que tenía razón, y no había alguna otra que fuera lo contrario.

-Lo sé, sólo digo que me recuerda a ellos. -me regalo una de aquellas sobrias que enserio amaba.

Me agradaba el modo en que Morfeo ponía emoción en mi vida, y aunque, quizá fuera tan poco el tiempo que lleva en mi vida, era el suficiente para mí, quizá, sí, era inexplicable, pero, ¿cuándo tenían explica las emociones?, al menos en aquel momen...

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Me agradaba el modo en que Morfeo ponía emoción en mi vida, y aunque, quizá fuera tan poco el tiempo que lleva en mi vida, era el suficiente para mí, quizá, sí, era inexplicable, pero, ¿cuándo tenían explica las emociones?, al menos en aquel momento lo pensaba así.

La película recién comenzaba e inconscientemente me acerqué a Morfeo, no podía disfrutar de una película de terror, puesto que aquellas de verdad me provocaban un miedo inexplicable, supongo que la recompensa en esta ocasión era la compañía del chico que estaba sentado a mi lado, que, sutilmente colocaba su mano en mi hombro para atraerme hacia sí, no perdía el tiempo, nos había acomodado de la manera justa para que aquello quedara en un abrazo, reposaba su rostro sobre mi hombro, aprovechando aquello para dejar nuevamente, un beso en mi mejilla, él sabía el efecto que tenía en mí aquello, no necesitábamos tener luz suficiente para darnos cuenta que estaba sonrojándome muchísimo.

-No temas, no permitiré que los monstruos salgan de la pantalla y te ataquen.

Estaba intentando distraerme, lo cual agradecía, pues no estaba dispuesta a salir del lugar llena de terror.

Un suspiro emergió de mí sin poder detenerlo cuando nuevamente Morfeo, dejó un beso a sobre mí, esta vez muy cerca del mentón.

-¿Crees qué Daylight se marchó del lugar?-intentaba capturar su atención a mis preguntas, temía que aquellos besos me distrajeran lo suficiente como para perder el control, y teniendo en cuanta que eso jamás sucedería, estaba cegada totalmente sobre saber hasta cuál lejos podríamos llegar, después de todo, aún éramos amigos, y mi estrecha mente creía que los amigos tenían ciertos límites.

-Mmm... -otro besos.- No, seguro que le ha gustado tanto el lugar que ya decido quedarse para atormentar un poco a Darkness.

-¿Atormentar?- estaba algo confundida, la verdad es que mis pensamientos no seguían el mismo hilo, aquellos labios me mantenían tan perdida, posiblemente hasta en otro planeta.

-Sí... -sus labios estaban cerca de mi oído, susurrándome, era obvio que sus técnicas de conquista habían salido a flote. - a Darkness no le gusta ver a Daylight sufrir y seguro se a ofrecido a abrazarla mientras ven la película antes de llevarla a casa...

-Siempre pareces tener la repuesta a todo, ¿cómo lo haces?- no podía ocultar mi sorpresa, él sabía que tenía razón, siempre buscaba el modo de responder así fuese lo más complejo de su existencia. Me giré al ver que se mantenía en silencio, en cuanto lo hice, él volvió a poner toda su atención en mí, parecía que observaba serio algo atrás de nosotros, sin embargo no podía girarme mucho más, pues sus brazos aún seguían rodeándome. -¿Sucede algo?- susurre.

-Ellos están allá atrás, parece que las cosas están bien... -sonríe ante su repuesta, no podía ver lo que decía pero me fía de sus palabras de que así fuera. - Eres hermosa cuando sonríes...

Y así, sin espéralo siquiera, sin preguntarlo y sin meditarlo, él se inclinó hasta estar en la altura exacta de mis labios y con tanto cuidado como lo fueron sus otros besos, posó sus labios sobre los míos, la sensación era nueva para mí, y de seguro no lo era para él, pero francamente eso era algo que no quería pensar precisamente en un momento como ese. Aquella presión entre ambas bocas poco a poco tomó su ritmo; sus labios se sentían cada vez más suaves, ardientes, y a pesar de que todo aquello era diferente, se sentía maravilloso, Morfeo no llevaba prisa, más bien, trataba de ser sumamente delicado, cuidadoso, y eso, por supuesto le sumaba tantos puntos como era posible.
Sus labios reclamaban los míos con una intensidad cariñosa, sus manos pasaron de estar sobre los míos para poder dejar caricias suaves sobre mis mejillas; al menos una de ellas era lo que estaba haciendo, y aunque todo fue magníficamente mágico al inicio, me vi obligada a separarme un poco para recuperar aquel aire que ya había perdido desde que me había encontrado con él aquella tarde.
Él chico de ojos océano, me sonrió por última vez antes de depositar un beso en mi frente y volver a cómodamente entre sus brazos.

-Ya inició...

En efecto; aquello que me haría tener pesadillas por días se estaba reproduciendo en la gran pantalla.

En efecto; aquello que me haría tener pesadillas por días se estaba reproduciendo en la gran pantalla

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