El jardín Evermore, aquel que guarda grandes historias, infinitos romances, preciosos paisajes... pero, sobre todo, dramas y secretos, algo muy digno para un joven; un joven que comienza adentrándose en aquel nuevo mundo, llamado "amor", pero muy in...
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Vamos, empecemos diciendo que la clase de literatura no fue horrible, es decir, por una sabia razón había decidido tomar aquella asignatura, ¿no?
Discutimos un poco sobre algunas obras; y fue, aunque extrañamente, muy agradable, era, exactamente todo lo que mi mente se había imaginado; después de todo, tener de vez en cuando las expectativas altas no era tan malo. En definitiva, había logrado desenvolverme mejor, pero no lo suficiente para entrar en interacción con los otros alumnos.
Tan inmersa me encontraba en las nuevas palabras de aquella obra que nos había repartido la profesora, que ni cuenta me había dado, que el aula comenzaba a vaciarse, al menos no hasta que note al chico de ojos océano frente a mi mesa.
-No te sentaste junto a mí. - su tono de voz me sorprendió, era una combinación de confusión y... ¿decepción? - Mmm... ¿te ha incomodado mi conversación antes de la clase?
Realmente no estaba segura de como lucia mi rostro exactamente, mis expresiones... sin embargo, de lo que si estaba segura, era del sonrojo tan intenso que comenzaba a calentar mis mejillas; enserio, ¿Cómo lograba sonrojarme con tanta facilidad por sus palabras?
-Bueno... no pensé que quisieras que me sentara junto a ti. ¿no estabas despidiéndote de... bueno, de mí?
No había duda alguna de que ambos nos encontrábamos navegando en un mar de confusión, lo que, por cierto, pareció divertirle, porque soltó una risa, que, para mis traicioneros oídos, era una muy agradable melodía.
- Estaba haciendo señas para que te acercaras... ¿En serio pensaste que me estaba despidiendo? -aún mantenía una sonrisa divertida en su rostro.
Asentí con lentitud, honestamente, me sentía avergonzada, ¿Cómo era posible confundir una seña tan obvia?, los nervios estaban acabando conmigo.
-Bueno... igual, ha sido error mío por no aclararlo. Lo siento, Blueness... - Sí, su sonrisa se acentuaba más y más, por lo que probablemente demostraba mi muy pero muy rojo rostro, he de admitir que aquello me distrajo un poco, hasta que caí en la cuenta de algo.
-¿Blueness?, creo que... -ni siquiera me había permitido terminar mi comentario. Confundida, sonrojada y avergonzada, definitivamente iba a tener una crisis de nervios el primer día, ¡EL PRIMER DÍA!, y estaba demás decir que aquello, era el doble de humillación para un joven, al menos para uno tan dramática como yo. Sin embargo, él seguía estando perfecto, sonrisa encantadora, ojos absolutamente abrazadores, y esos comentarios tan...
-Bueno, aquí entre nosotros... -se inclinó un poco hacia a mí, con intención de susurrar algo. - he estado mucho más al pendiente de saber tu nombre que de la clase.
Esa burbuja de ensoñación me exploto en la cara como si de una bomba de tiempo se tratase. ¿En serio?, si estaba muy al pendiente de mi nombre, entonces, ¿por qué ni siquiera lo había dicho bien?
