El jardín Evermore, aquel que guarda grandes historias, infinitos romances, preciosos paisajes... pero, sobre todo, dramas y secretos, algo muy digno para un joven; un joven que comienza adentrándose en aquel nuevo mundo, llamado "amor", pero muy in...
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-Esto está consumiéndome, no lo soporto.
-Daylight, está bien... -le acerque abrazarla, intentando tranquilizarla.
-No lo está, no puedo llegar a la clase de dibujo y sólo presentarle algo a medias, ¿entiendes lo grave que es?, debería estar terminado a estas alturas, y ni siquiera lo he empezado, es decir, me gusta bastante trabajar bajo presión pero no me he sentido nada motivada, inspirada en nada, así que lo único que me gusta pasará a ser mi mayor pesadilla y entonces no habrá nada más que pueda hacer sólo sufrir en silencio, porque para aquellas fechas que intente desahogarme seguramente...
-Presenta el dibujo de Darkness...
-¿CÓMO?
-Vamos, pones todo tu empeño en cada detalle de ese dibujo, es obvio que muy en el fondo deseas presentar aquello como tú proyecto.
-No, no lo sé, no es del estilo del profesor...
-Pero no es cuestión que sea del estilo de maestro, es decisión tuya, tú aún estás en búsqueda de tu verdadero yo y para eso debes probar de todo, en el buen sentido de la palabra. Preséntalo.
-No he pedido el permiso de Darkness, sería muy irrespetuoso...
-Él nunca pide permiso para pintarte.
-¿Cómo...
-¿Qué le falta al dibujo de Darkness?-la interrumpí antes de que indagara más sobre aquel tema.
-Es sólo un boceto.
-Pues deja de creer que es sólo un boceto, termínalo, créete de verdad que lo qué haces es arte en todos los sentidos.
-No puedo.
-Error principal.
-Qué no. Simplemente no puedo.
-¿Qué necesitas para creerme?
-Deberías decirme que no es suficiente, que haga algo bueno y lo entregue como debe ser...
-Entrega el dibujo de Darkness
-NO, N - O, ¡NO!
-De acuerdo, sol, me preocupa el hecho de que le grites a mi amada...
Daylight soltó una risa, de aquellas que solía ofrecernos cada que algo le parecía verdaderamente divertido.
-No me gusta ser su mal tercio, incomoda muchísimo.
Morfeo y yo nos volteamos a ver en cuanto escuchamos aquellas palabras, nos parecía chisto el hecho de que creyera que nos incomodaba.
-¿Por qué crees que nos incomoda?
-Ay, no, por Dios, lo digo por mí, a mí me incomoda muchísimo estarlos viendo, todo están baboso...
-Pero ni siquiera compartimos besos cuando estamos cerca de ti.
