35. "You are my star and my universe"

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Dos semanas más tarde, el verano por fin nos daba la bienvenida

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Dos semanas más tarde, el verano por fin nos daba la bienvenida.
Morfeo y yo habíamos contado los días y planeado actividades para antes de aquellas esperadas vacaciones, queríamos aprovechar el tiempo juntos.

Un día, mientras estábamos caminando por los jardines floreados del Evermore, Morfeo me pregunto qué había sido aquello que me había hecho sonreír tanto, no lo pensé ni dos segundos cuando decidí responderle, había sido él, y aunque me decepcionó un poco saber que su respuesta había sido otra, una parte de mí se alegraba de saber que para ello lo nuestro era especial, tanto como me lo parecía a mí.

-Si buscáramos desde aquí, aquella estrella que nos llevara a nunca jamás

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-Si buscáramos desde aquí, aquella estrella que nos llevara a nunca jamás...

-Tú serias muy feliz. -concluí.

-Claro que no, es decir, seguro sería genial, pero...

-Te quiero demasiado, más... amor...- tenia tiempo pensándolo, meditando como decir aquello sin sonar tan intensa, no pretendía incomodarlo.

A decir verdad, Morfeo y yo llevábamos mucho tiempo de conocernos, bien podría ser la mitad de un año.

-Mm... -estaba bastante sonriente, no me observaba, aún tenía su vista fija en las estrellas del cielo. Estábamos recostados en uno de los árboles más antiguos del lugar, el Evermore era mágico e ideal para estos momentos maravillosos.- ¿Amor?, ¿quieres decir que me amas?

Lo observaba fijamente, quería que me dedicara una de sus sonrisas, pero sólo tenía aquello para las estrellas.

-Sí... -le dije en un susurro casi inaudible.

Muchas veces nos pensamos bastante una decisión, pues dar un paso para algunas de las cosas más importantes de nuestras vidas sin lugar a duda es lo más aterrador que nos llega a suceder, este era uno de aquellos momentos. El decir te amo no es fácil, pues así como pueden significar mil maravillas, también pueden ser palabras vacías que carezcan de sentido. Yo no quería que las mías fueran así, quería que sonara especial, honesto, ¿y por que no?, romántico. No me importaba que aquello no fuera correspondido, pues Licona poco había aprendido ha soltar aquel miedo que me invadía gradualmente; había tomado fuerza y valor para hablar de sentimientos con aquel chico de ojos océano, porque nos lo merecíamos, porque así funcionaba una relación, con honestidad, con pasión, con un poco de sentido...

-Gracias por amarme, por adéntrate conmigo en esto... - ¡por fin!, me observaba, sus ojos ahora estaban prestándome atención, y no podía evitar no emocionarme por aquello, sin perder tiempo me lancé a sus brazos, llevando mis labios hasta los suyos, dejando un beso eufórico.

-No. respondí tú... - No le permitía hablar, sólo quería sentir sus labios junto a los míos, pues estaba segura que tendríamos tiempo de sobra para conversar.

Una noche estrellada en el Evermore, rodeada de sus brazos protectores, besada con aquellos dulces labios, y observada por aquellos ojos océano que te hacían suspirar de lo intenso que llegaban a resultar, esto era todo lo que jamás me habría puesto a soñar, qué la imaginación no crea pero la realidad sí. Por fin estaba viviendo mi propia historia de amor, y no tenía miedo de nada.

 Por fin estaba viviendo mi propia historia de amor, y no tenía miedo de nada

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The Evermore Garden Donde viven las historias. Descúbrelo ahora