•||Drabbles GiyuNezu||•

Mantén el brillo de tus ojos Giyuu

Después de la muerte de Tsutako por una enfermedad terminal, Giyuu realmente se sentía devastado, apesar de tener a su fiel amigo Sabito, este pelinegro se sentía fatal, estuvo con pensamientos negativos, todo el tiempo lloraba en silencio, tampoco comía, dormía muy poco, se encontraba como un muerto andante, quería morirse de soledad y tristeza.

—toc toc —tocaron la puerta. —a-ah, Giyuu San! Soy yo.. Tanjirou, quisiera saber cómo esta usted —con curiosidad pregunto, pues vinieron de un largo viaje, tocó la puerta otra vez, pero no recibió respuesta alguna.

Toc; toc, la puerta sono de nuevamente unos segundos después, la impertinencia de los Kamado era realmente algo molesta ahora, y más para Giyuu, que con enfado y flojera se levantó de su cama para abrir la puerta. En cuanto la abrio notó que no estaba el de cabellos azabaches, en su lugar estaba su hermana menor "Nezuko" que con una sonrisa débil y una cara preocupada miraría al mayor.

—Giyuu! —en cuanto lo vió lo abrazó con rapidez aferrando su cuerpo al del mayor. —porque dejaste de hablarme? Se que estás destrozado, pero aún hay personas que necesitan de ti, como Urokodaki San —se separa y levanta rostro para ver al más grande. —como para Makomo, Tanjirou, Sabito y por supuesto que para mí también...y mucho. —la chica intentaba no quebrarse al hablar, no soportaba verlo así, también la destrozaba.

—.....—quedo algo sorprendido por el inoportuno abrazo, esperaba algún reproche, ya que verlo así en un mal aspecto siendo un descuido de su higiene, necesitaría estar aceado. —N-nezuko entendiende que no estoy bien. De verdad me necesitas? Y para que? En que podría ayudarte alguien como yo....? —intento ir más atrás para separarse pero la menor lo detuvo al agarrar fuerte de su polera.

—Por que también me evitas? Quiero estar contigo en estos momentos, mejor dicho, en todo momento!

Las palabras de la menor enrojecieron las mejillas de este, poniendolo nervioso, pensó que no volvería a sentir algo, aparte de soledad, triste, ira e otras emociónes que no son positivas.

—N-no es que yo te quiero evitar,...de verdad quieres acompañarme en estos momentos? —algo molesto e intrigado preguntó— dime por que Nezuko! Dime por qué! —alzo la voz ligeramente, asustando a la menor.

—porque.....—tomo aire.— porque te amo Giyuu —lo dijo cabizbaja, con una voz débil, las lagrimas desbordaban de sus ojos rosas, el mayor se sentío pero aún, oír hacer llorar a quien también quería.

—y-yo no tenía idea de que me amabas —lo dijo con un tono algo triste y tranquilo —no llores, quien debería de llorar soy yo. —la abrazo apoyando su cabeza en la de ella.—tambien te amo, creí que ya lo sabías, pero.... Podrías darme un tiempo? No quiero hacerte algún daño por mi estabilidad emocional —la aparto con cautela.

—Giyuu.... —apenada con un rubor en las mejillas, opta por tomar de la mano del mayor y colocarla en su mejilla, haciendolo mirar a su ojos rosas  —Mantén el brillo de tus ojos Giyuu! Para cunado estés mejor, estaré siempre dispuesta para ti, ahora y en adelante te acompañaré siempre, pero... sonríe para mi —por último esbozó una cálida sonrisa, que sería correspondida por el pelinegro.