•||Drabbles GiyuNezu||•

¿Ésto es admiración? o ¿Amor?

Tras haber perdido a su familia a causa de un incendio, Tanjirou junto a su hermana Nezuko fueron adoptados por un hombre de blancos cabellos, conocido como; "Sakonji Urokodaki".

Este hombre ya tenía unos cuantos niños consigo, puesto que esos niños también "no tenían familia"

Urokodaki era un hombre de bien, era amoroso con ellos, le gustaba criarlos, ya que el era un profesor, y sabía como lidiar con niños.

En cuánto los hermanos Kamado llegaron a la casa de Urokodaki, fueron recibidos cordialmente por el mayor, y por unos "3" niños más, estos niños llevaban unos "3-5" años de diferencia con los Kamado.

Están; Tomioka Giyuu, Sabito y Makomo, (tenían 12, 13 y 11), esos niños se sentían contentos por conocerlos.

Después de la calida bienvenida que dieron estos a los recién llegados, el mayor pidió que le enseñaran la casa a los Kamado.

—Niños, enseñeles la casa, acabo de tener una llamada, y tengo que ir a una reunión en el colegio. No me demoro, cuando regrese los quiero ver bañados y listos para cenar.—dicho esto Urokodaki salió de su casa, rumbo a su destino.

—ven pequeña Nezuko, ven pequeño Tanjirou—Makomo los tomo de la mano con cuidado, dándole a su vez una pequeña sonrisa.

—Makomo, deja que Tanjirou venga con los hombres, tu quédate con Nezuko—Sabito tomó la otra mano de Tanjirou reteniendolo.

Makomo, confundida por su comportamiento no quiso dejar que él se lo lleve.

—No Sabito—habló en un tono neutro—Eres un niños todavía, somos niños. Y tienes que venir conmigo, ustedes pueden....ser rudos con ellos.—miró a los menores, que con algo de timidez los observaban.

—Dejen de discutir, no ven que los niños de asustan?—el pelinegro va junto a Makomo, arrodillándose para tener en frente a los Kamado.—mmm, no les hagan caso, aveces estos dos discuten seguido.—coloco ambas manos en las cabezas de estos niños, dándoles una sutil sonrisa—yo los protegeré.

La menor de todos lo veía atentamente, sus ojos violacios se dilataban al verlo. Le daba cierta serenidad en ella. Sus ojos azules eran tan cautivantes y tranquilos, como si fuera un mar con olas en calma. Sus largos cabellos azabaches y brillantes. Y su sonrisa, tan solo única. Estaba contenta, un chico muy lindo a su vista, era alguien "Admirable" para ella, o almenos eso pensaba.

Con el tiempo, fueron creciendo, pasaban tiempo juntos, hablan seguido, jugaban play, reía, jugaban. Nezuko gustaba tanto de su compañía. Pero, el día en que....el "crecería y se haría mayor" estaba muy serca, o ya j aia llegado.

—Giyuu! Vamos a jugar!—una Nezuko emocionada fue hadta su revamra para hablar con el, sentía que el se alejaba de ella.

—ahora no Nezuko, estoy ocupado.—Giyuu cerró la puerta mientras estaba en una llamada telefónica.

—oh! S-si, esta bien....—con la mirada en el suelo y algo triste se fue a su habitación.

La Kamado de quedó echada en su colchón, pensado, sí...quizás, ya no sentía lo mismo de antes. De cierta manera se siente confundída. Pues, Giyuu le parece muy atractivo. Ella sabe que lo quiere....pero, solo eso y ya? Son como hermanos, son "familia" y, algo mas entre ellos, no puede haber. Debe mantener ese sentimiento reprimido, hasta que algún día se enamore de alguien que si pueda.