•||Drabbles GiyuNezu||•

A Nezuko le gusta Giyuu!!

—A-ahm, estoy muy nerviosa ¿Crees que Giyuu acepte mi carta? —Nezuko tragó en seco. Se encontraba apenada, con las piernas y manos temblando por lo nervios. Llevaba consigo una carta en sus manos. Estaba en frente de su amiga Kanroki, que le daba consejos para poder decirle sus sentimientos a Giyuu mediante de esa carta.

—¡Claro que si, Nezuko! Giyuu es reservado y tímido, al parecer. Un chico así de lindo y tímido, no despreciaría una carta, menos cuando se habla de los sentimientos de una linda chica, y son los tuyos.—Respondió dandole ánimos, regalándole una dulce sonrisa, mientras colocaba una mano en su hombro. Tratando de darle seguridad.

La menor, sintiendo algo aliviada, pues confiaba en las palabras de su amiga de ojos verdes. Kanroji sabe de estas cosas, le gusta mucho estos temas del amor, por lo que suele dar mucho afecto a las personas, tratando de hacerlos sentir especiales.

—Okey..., iré! —Suspiró hondo y con sonrojo en sus mejillas, iba caminando torpemente hacia donde su chico estaba.

Estaba a unos 2 metros de él, hasta que....

—Ey! ¿¡Que tienes ahí, Nezuko!? —Un joven albino arrancó la carta que llevaba en manos, de una forma brusca. —vaya vaya.... miren nada más, "Para Giyuu, de Kamado Nezuko" —Leyó burlonamente mirando a la menor. Ella se encontraba asustada y preocupada, intentaba arrebatárselo, pero Shinazugawa era mucho más alto que ella.

—¡Devuélvemelo, Sanemi! —Saltaba alzando su mano, siguiendo con el intento de recuperarlo.

Giyuu lo miraba desconcertado al escuchar ser mencionado por el, junto al nombre de la Kamado. Pero, solo se quedo en su lugar, intentando no hacer caso, a lo que sucedía. Ya que Sanemi, era burlón con él también.

—Nah, esto es mejor. —Abrió la carta con ambas manos, leyendo y observando la carta. —"Querido Tomioka" pfff, que clásico. "He decidido contarte sobre mis sentimientos, hacia ti." Awww, que dirá la niña? —Miró hacia abajo, viendo como la cara de la menor se ponía cada vez, mas roja. — "Quiero decirte lo mucho que me gustas" —Lo leyó sorprendido. —A Nezuko le gusta Giyuu!!

—B-basta! —Nezuko intentaba saltar, pero sus piernas temblaban, porque justo ahora Sanemi, molesta? Nezuko tiene ganas de llorar, su corazón late a mil.

—¿¡Que dices, Tomioka?! Acaso no me escuchaste?! Lo volveré a repetir. Pero dime, correspondes a sus sentimientos, de niña enamorada?

Hubo un silencio en el salón, los demás compañeros de estos, miraban extrañados. Se escuchaban murmullos y risas.

—Detente, Shinazugawa. Déjala tranquila. —Se levantó firmemente, retando a este peliblanco.

—Aaw, acaso... será que. Oh! También te gusta Nezuko, no? —Preguntó burlón.

Giyuu abrió sus ojos cuál plato, bajo la cabeza, frunciendo el ceño. Para mirar hacia otro lado, y al suelo.

—No, no me gusta Nezuko. —Mencionó serio.

Por otro lado, se escucharon pasos rápidos. La Kamado huyó corriendo. Sus lágrimas desbordaban de sus ojos rosas. Eso que dijo aquel chico de ojos azules. Lastimó su corazón. Le dolió escuchar esas palabras. Rondaban en su mente, sin saber hacia donde corría.

—Mira lo que hiciste! Se fue llorando por tu culpa. —Añadió Shinazugawa, victorioso.

—¿Mi culpa? No debiste hacer eso, sabes como se sintió? Ya veo porque tus hermanos no te quieren cerca.

Sanemi algo impactado, pensó por un momento. Dandole oportunidad a Tomioka para llevarse la carta de Nezuko. La guardo en su bolsillo, y salió del salón.