•||Drabbles GiyuNezu||•

Celoso del Fogoso

En la playa

Era un día cálido de celestes colores y blanquecinas nubes, los hermanos Kamado y sus amigos fueron a pasear por la playa cristalina y limpia.
La ojirosa llevaba un sombrero de paja y un enterizo rosa con el patrón de ropa que era característico en ella.

—oh Nezuko! Que tal!? —decia el de puntas rojas y mechones amarillos con una gran sonrisa acercandose a la nombrada.

—Rengoku San! Bueno pues bien... Y... usted? —decia mientras se colocaba en protector solar en los brazos.

—pues no me quejo, senjurou quizo venir conmigo así que lo traje —dijo mirando al menor de los Rengoku como jugaba voley con las tres pequeñas niñas de la finca mariposa.

—esta más grande cada día, se ve más lindo —dijo frotando sus manos con la crema protectora.

—si, espera te parece lindo? Y que hay de mí? —dijo sonríendo con picardía.

El ojiazul se encontraba bebiendo unos tragos con los peliblancos y el otro pelinegro que estaba con su novia pelirosa. A lo lejos el ojiazul veía con extrañeza como estos dos interactuaban, pero conociendo a lo tan amable que es su amigo de puntas rojas decidio partir hacia donde estaba su novia.

—bueno...mmmm, no lo tomes a mal o diferente..pero...—no termina lo que iba a decir y coloca su mano intentando llegar a su espalda para colocarse el bloqueador.

—echate, déjame te ayudo —dijo el mayor agarrando el pote de crema.

El ojiazul a ver esta escena camino con mucha más prisa, llegando donde estaba su linda novia con su amigo de cabellos como el fuego.

—no es necesario Rengoku San, yo puedo...—decía la ojirosa sonriendo levemente pero luego posó su vista en su pareja.

—Giyuu! Que pasa amor? —dijo la ojirosa prestándole atención y dejar de hacer lo que estaba haciendo.

Giyuu no dijo nada, los miro serios, tomo el pote de crema y se hecho en su mano para frotarlo.

—yo te echo mi amor —dijo mirando a su amigo y abriendo sus ojos cada vez que decía una palabra, mientras se agachaba para colocarle crema en las piernas de la ojirosa.

—esta bien amor...—toma del mentón de su novio y sonríe.

—bueno, los veo luego! — se paró, se estiró y se acomodó la gorra roja que llevaba en su cabeza.

—nos vemos Rengoku San.  —dijo la ojirosa con amabilidad y una sonrisa espontánea.

Kyojuro comenzó a caminar apartándose de la pareja.

—que quería? —dijo mirandola mientras masajeaba sus piernas.

—no quería nada, solo una charla normal, cómo estuvo...y así —dijo acomodandose su cabello largo.

—no me gusta que hables con el de esa forma. —dijo sonrojandose levemente haciendo un puchero.

—por que?, Si es bien chévere! —dijo haciendo una mueca curiosa.

—me...molesta y ya...—dijo frunciendo el ceño bajando la cabeza para que su novia no lo vea.

—estas celoso? —coloca una mano en la cabeza de su chico haciendolo mirar hacía sus ojos rosas.

—que?! No! Claro que no?  Pfff...no, que dices....—dijo alterado por aquella pregunta.

—Obvio que si?! No te has dado cuenta de cómo te sonríe?! Como te ve?! Tu eres mía Kamado Nezuko, no voy a permitir que otro que no sea yo te ponga un dedo encima. —dijo acercándose a al rostro blanquecino de su novia que se tornaba de un rojo carmesí cada vez que se acerca a su rostro de esa manera estando serca de besar sus labios.