CAP 63. CHARLA

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En momentos como este era cuando me daba cuenta de dos cosas en cuestión, la primera y más obvia era que mi contrincante es nada más y nada menos que Gustabo García. Tal vez estaba subestimando la gran labia del aquel hombre, debí de haber tomado un poco más en serio de lo que ya me lo tomaba esta pequeña "guerra", y la segunda era que debía de haber escuchado un poco más a Viktor, y su "desmesurada" desconfianza.

Hacía tiempo que no me encontraba así, encadenado a una pared con una escalofriante sonrisa observándome. Sabía que aquello, por goleada no era mi mejor experiencia.

No había pasado mucho, pero el tiempo necesario como para terminar herido por todos lados, mi hermano se había divertido, y yo había intentado no dar lo que él quería, gritos y súplicas.

—¿No hablarás? —preguntó con un enorme egocentrismo, casi palpable.

Sonreí como pude, tenía gacha mi cabeza, no tenía tanta fuerza como hacía horas atrás, quería irme a casa, quería fingir que esto nunca ocurrió.

—Deja a Greco en paz... enfermo —susurré mirándole de reojo, estaba tan inclinado en aquella encadenadla pared, por el peso de mi cuerpo, que parecía que Gustabo, me superaba en altura.

—¿Que lo deje me dices? —preguntó cómo si estuviera confundido, con una enorme sonrisa negó con la cabeza —¿Crees que le he obligado a esto? —preguntó, una vez más, dando unos pasos hasta estar completamente cerca de mi, colocó su dedo índice en mi barbilla alzándome el rostro, entre mis mechones de pelo, mojados pude verle a los ojos —. No. Yo no he obligado a nadie. Lo ha hecho por que quería. No todo el mundo está de tu lado.

De manera brusca se alejó, con mi mirada un tanto borrosa le vi, vi su espalda, vi el lugar.

—Yo no quería esto Horacio —hablo sin girarse, deje caer mi cabeza volviendo a ver el suelo, estaba descalzo, y bajo mis pies, un charco de agua y sangre.

—Deja de decir gilipollces Gustabo.

—Me traicionaste por que querías ser policía, ¿Y te montas una mafia? ¿¡Por qué no simplemente volviste a mi!? —gritó lleno de rabia —, ¡Tal vez te hubiera perdonado!

—Yo quería ser policía Gustabo —exclamé con la poca fuerza que tenía —, quería tener una vida normal joder —mi voz decayó hasta que se quebró casi por completo —, no pude ser policía y tampoco puedo cuidar de mi, de nadie. Tuve que dejar lo que quería, por que quería proteger alguien que... alguien que amo, amo mas que mi mismo.

—¡Eres tonto! —afirmó ferozmente girándose a mirarme, de nuevo alce el rostro —, ¡Lo teníamos todo! ¡Éramos tú y yo! ¿Estas haciendo todo esto por una persona? ¿Por una vida la cual no perteneces?

Las lágrimas caían por mi sucio y ensangrentado rostro —, sí Gustabo. Eso es lo que las personas hacen cuando aman, las locuras menos pensables, las acciones menos recomendables... —suspiré intentando controlar la pena que invadía —, mira, esto, yo esto no quería que pasara, podías haber seguido con tu vida y yo la mía, pero decidiste joderla otra vez. ¡Se que estuvo mal la traición! Y aún que no puedo disculparme, al menos entiéndeme.

—No puedo entender este gesto tan egoísta de tu parte —y por primera vez en mucho tiempo, vi como las barreras de Gustabo bajaron un segundo, y aún que su malvado ser amaba el sufrimiento ajeno, aquella vez él mostraba algo de dolor. Mostró la decepción que tenía hacía mi. La ira acumulada e impotencia —, tenias toda mi confianza Horacio. Toda.

Un silencio se formó entre ambos, evitaba mirarle, y él me miraba directamente.

—Debe de doler Gustabo —le di la razón —, pero si tú me hubieras hecho eso, jamás hubiera querido matarte, ni hacerte sufrir como tú lo estás haciendo.

Una irónica risa salió de sus labios —, la cuestión es que nunca he hecho eso por muy traicionero que sea con el mundo —aseguró —, y como no soy tu, yo seré tu demonio en el infierno, te haré sufrir hasta decir basta, por que nadie juega con Gustabo García.

Pecado delicioso. Volkacio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora