Pecado delicioso. Volkacio.

CAP 27. ME VOY

Con la mirada perdida, intentando no mirar al comisario, trague duro no es que no quisiera afrontar la realidad, que tambien era una muy posible y latente verdad —. Horacio —me llamo el del acento ruso remarcado, tras Volkov el barbudo me observaba preocupado.

—¿Cómo se encuentra? ¿Quién era él sujeto? ¿Está bien? —me cuestiono Greco sin un apendice de delicadeza por mi recien despertar, aun que en la defensa del amable comisario estaba reteniendo alguna que otra pregunta mas, en busca de no agobiarme demasiado.

—Estoy bien —murmure sin ninguna sola emoción, a ser sinceros tenia que empezar a poner puntos sobre las ies, me había olvidado del objetivo principal del por que estaba alli jugando a polis y cacos —. Bueno ha decir verdad... —tome una pausa, mire hacia la ventana, ahí no habia nada mas que bloques de edificios, la vista no era de mi favorita, pero se disfrutaba levemente —. Estoy aterrado —comence a decir de manera dramatica, senti la mirada confundida y preocupada de Greco, y la de incorformacion de Volkov, como siempre nunca creia mi terror teatreado —. No era consciente del peligro de este trabajo —me abrace a mi mismo mostrando desolacion. Aun que muy en el fondo, aquella sensacion de desolacion y tristeza si era real, casi imperceptible, pero ahi estaba dañandome sin siquiera darme cuenta.

—¿A donde quieres llegar? —pregunto en tono brusco Volkov, sabia por donde iban mis caminos , era consciente que nada se creia y que para él todo era mas sospechoso que nunca, no se fiaba de mis palabras, él ya me lo dijo y aseguro en aquella cena.

El prometio salvarme.

¿De qué iba a salvarme? Era consciente, a medias, que no necesitaba ser salvado de algo que yo mismo había creado, por que como había dicho escasos segundos atras yo cree esta tormenta y yo solo debia quedarme bajo esta.

—Quiero dejar el cuerpo de policia.

Parecia una frase sencilla, una que no era nada dificil de decir. Pero sorprendentemente el tono de pena que había intentado imitar me habia salido real, me entristecia irme, no lo entendia ni siquiera el por que de que mi voz hiciera aquel desliz. No recordaba que fuera tan sensible.

—¿Cómo? —pregunto Greco, adelantandose a Volkov y acercamdose a mi, puso una mano en mi hombro, lo apreto levemente —. ¡No te acobardes señor Horacio! Usted es buen alumno, solo tubo mala suerte.

—Comisario Rodriguez tal vez solo este consternado —dijo de la nada Volkov, atrayendo las miradas de nosotros dos —. Tal vez necesite un poco de agua, despejar la mente y...

Greco entendio aquella leve indireccta, no estaba en su deber hacerle caso a un compañero con su mismo rango, pero parecio que despues de una pequeña lucha interna cedio quitando la mano de mi hombro —. Le traere algo de agua fria, tambien llamare alguien —tan rapido como decia eso salio lentamente de la habitacion, dejandome solo junto con el amargado comisario ruso.

—¿Has terminado ya tu hobra de teatro? —pregunto sin mas, parecia, por obviedad, que no le habia nada de gracia aquella decision.

—Solo he sido sincero comisario Volkov —le dije con el mismo tono tranquilo, tampoco es que pudiera exaltarme demasiado, a fin de cuentas habia recibido un balazo no hacia mas de cuarenta y ocho horas.

—¿Te iras del cuerpo? —pregunto, esta vez parecia preguntarlo con toda su "amabilidad", como si aquello realmente le importara.

—Me iré.

—¿Por qué? —de nuevo pregunto, me observaba desde una distancia moderada, evitando asi que la cercania fuese tan "excesiva", como la que el propio Greco me habia regalado no muchos minutos atras.

—Por que me da miedo morir.

—Eso es inicerto, oh vamos, no soy imbecil, ¿Qué le ha dicho ese sujeto? ¿Es el que le tiene "amenazado"? ¿Quién es?

Eran demasiadas preguntas, tantas que no iba a responder con la sinceridad que este me pedia con la mirada —. No tengo por que dar explicaciones —le anuncie acomodandome en la incomoda cama del hospital —. Asi que si buscas algunas que otra respuesta del por que me voy o no, no la tendras —sentencie.

El ceño del peli blanco se fruncio, mostrando claramente el desagrado ante mis frias y sinceras palabras, dio unos pasos mas cerca de mi, tal vez con la idea de intimidarme, pero haciendo caso omiso alce la mirada, observando su increible azul de sus ojos, un azul que me observaba con desden.

—Miente mas que habla. Deje de mentir por una vez, de hacerse el....

—No respondo por que no quiero mentir —le corte antes de que siguiera hablando —. Tampoco quiero decir la verdad. Por ello me declaro insolvente. No dire nada. Ni dire nada. Lo unico que oiras de mi es: "Me voy".

Un denso silencio se situo en la blanca habitacion. 

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⚠️HAY FALTAS DE ORTOGRAFÍA POR FALTA DE CORRECCIÓN⚠️