Extraño. Extraño me parecía aquel "atraco". No creo, ni de lejos, que la intención principal de los "atracadores" fuera el dinero, no, estaba claro que su objetivo no era el dinero, tampoco era herir a todos los agentes que estaba ahí en aquel momento, no, sin duda su objetivo principal había sido Horacio.
Había cerrado los ojos con las palabras estancadas en el temor.
Se lo llevaron cuando su conciencia ya no estaba. Se lo llevaron cuando mis nervios extrañamente estaban desbordados.
—¿Cómo está? —preguntó Greco sin dejarle llegar aún hasta nosotros, el tatuado doctor chasqueo la lengua contra su paladar, reviso los informes de su porta folios.
—El disparo causo que perdiera demasiada sangre, hubieron bastantes complicaciones, pero esta estable, estará bien si no hay problemas. De momento ha sido instalado en una habitación privada para mantenerlo vigilado. Pueden irse y proseguir con su arduo trabajo de proteger la ciudad.
Fruncí mi ceño —. ¿En que habitación se encuentra el alumno Pérez? —pregunte con poco humor.
—Ya le dije, no se preocupe por nuestro paciente, esta en buenas manos, ustedes continúen con su...
Aquel doctor no me dio la buena espina. Di un paso mas cerca de este, baje la mirada, mirando la identificación —. Doctor muerte... —leí para mirarle a los ojos —. Le estoy preguntando por la habitación de mi compañero, no por lo que usted cree que piensa o quiere hacer.
—Comisario...
Sentí como Rodriguez se puso a un lado mio, se cruzo de brazos —. ¿En cual habitación esta nuestro alumno?
Nos miro por unos segundos, parecía dudar —. Habitación 102 —dijo al fin —. Tiene una visita, esperen hasta que salga, no pueden entrar mas de tres personas.
Dicho aquello Greco y yo caminamos hasta la habitación dicha.
—¿Quién le estará visitando? —pregunto curioso, entramos en el ascensor —. ¿Un hermano? ¿Su novia? ¡Oh! ¿Cómo cree que sería su novi...?
—¿Novia? —pregunté con humor, carraspee al darme cuenta del tono sarcástico y la mirada extrañada de Greco —. Comisario, no es momento para preguntarnos por la vida privada del alumno, como se ha podido fijar, se encuentra en una situación poco agradable. Céntrese anda.
Estaba al cien por cien seguro que el chico no tenia alguna pareja, había estado conmigo, no podía ser.
—Intentaba liberar tensiones, comisario.
Llegamos al segundo piso, comenzamos a caminar en completo silencio, el único ruido que nos seguían eran los pasos dados por ambos.
Paramos en la puerta, esta tenia una pequeña cristalera de manera horizontal.
Mire de reojo dicha pequeña cristalera. Un sujeto rubio susurraba algo en el oído del chico, se separo lentamente con una sonrisa, Horacio estaba tenso. El rubio le dio una palmadita en el hombro y comenzó a caminar a la puerta, di un paso atrás, me cruce de brazos con el ceño fruncido.
La manija bajo, haciendo un leve crujido, la puerta se abrió y de esta salio el de la chaqueta roja, mantenía su sonrisa.
—¿De que conoce al alumno Pérez? —pregunte de manera sería.
El sujeto sonrió aun mas cerrando la puerta tras de si, dio unos pasos dándome la espalda —. Buenas a usted también comisario —saludo con falsa amabilidad —. Soy posiblemente un gran amigo del alumno Horacio.
Fruncí el ceño cuando este se marcho silbando alguna melodía.
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Pecado delicioso. Volkacio.
Fiksi PenggemarTengo un problema... -¿Qué coño hace? -oí el grito del ruso desde la otra esquina de la recepción de aquel infierno llamado comisaría. Bueno tengo muchos problemas. -¡No me decepciones hermano! -exclamó Gustabo -, te deje jugar a los policias por qu...