Estar enamorado es un conjunto de emociones difíciles de descifrar, no sabes como, cuando, ni el por qué, pero sientes un deseo profundo por tu reciente mitad, sientes que estás por y para esa persona, perdiendo la cordura y el razonamiento, perdiéndote a ti mismo en su mirada.
No creía en el amor, creía que con tan solo chasquear los dedos podrías apagar el fuego interno que te hace sentir, podrías perder el afecto total que crea en ti esa persona. Creía muchas cosas que no me llevaron lo más mínimo a la realidad.
El amor te hace necesitar a una persona tanto como el aire que respiras, hace que hagas las locuras más impensables. Hace que simplemente sea él y tu.
Asusta. Asusta el increíble efecto que tiene esa persona en ti, pero asusta aun mas estar sin ella. Te hace necesitarla sin siquiera darse cuenta.
Su olor te embriaga, su tacto arde al rozar tu piel, su mirada te hipnotiza, y lo único que puedes hacer, es volverte adicto a su persona o huir y volverte infeliz por mucho tiempo. Aquello era estar enamorado, y aun que pareciera la cosa más horrible, aún que pareciera que te vuelves adicto a una persona, es la sensación más maravillosa que había sentido en mucho tiempo.
Te eleva al cielo con un tacto, con el peligro de que te deje caer.
¿Por que digo esto?
Por que yo caí ante el pecado de amar a Horacio Pérez. Cometí locuras por él pero todo valió la pena.
Nadie nunca se había empeñado en protegerme en la forma que él lo había hecho, había accedido siempre a dar su vida por la mía, incluso cuando me daba a entender que aún ni siquiera me soportaba demasiado, había hecho cosas que nunca quiso hacer por mi, y había a puesto su reciente amor por la ley y mío, que al que le tenia a su hermano.
Horacio había hecho mucho por mi.
Y yo había hecho tanto por él como podía.
—Tu y yo vayámonos de aquí. Déjame ser egoísta una vez, vamonos. Viktor te quiero, lo suficiente como para mandar a la mierda el mundo, eso me asusta pero me hace feliz. Así que si nos vamos, entenderé que también me quieres tanto como yo. Empecemos otra vez, pero esta vez tu y yo, solos, contra el mundo.
Horacio me había pedido que mandara todo a la mierda por él, que hiciera lo mismo que él había hecho.
—¿Te arrepientes de mandar todo a la mierda? ¿Extrañas tu vida? —pregunte mirando por la gran cristalera.
—Si, claro que la extraño —me sonrió el de la cresta posándose a un lado de mi, observando la nocturna ciudad —, es algo normal, mi hermano y yo siempre hemos sido uno, y las locuras que hacíamos me hacía tan feliz...
Le mire —, ¿Entonces... por qué haces todo esto? —le susurré.
—Por ti —sin mirarme sonrió —, por primera vez he encontrado mi hogar —inclinó su cabeza hacia atrás, me miró de reojo —, Eres mi hogar Viktor Volkov. Así que cuídame tanto como yo lo hago, o tendré que matarte.
Suspire pestañeando varias veces, volviendo a mi realidad. El tiempo pasaba lento, y el silencio en la noche era denso, la oficina de la comisaría estaba casi vacía, a excepción de algún que otro agente. Faltaban dos días para encontrarme con Horacio. Dos días que tenia para pensar y reflexionar.
De la mafia ya no había rastro, como si todos hubieran desaparecido, si no hubiera sido por la llamada del chico, hasta yo mismo hubiera creído que había perdido muriendo en plena "batalla" con su hermano.
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CAP 53: ¡¿?¿?...!____________________________
10 comentarios y publico. 😇
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Pecado delicioso. Volkacio.
FanficTengo un problema... -¿Qué coño hace? -oí el grito del ruso desde la otra esquina de la recepción de aquel infierno llamado comisaría. Bueno tengo muchos problemas. -¡No me decepciones hermano! -exclamó Gustabo -, te deje jugar a los policias por qu...