Mis muñecas estaban atadas al igual que mis tobillos a una silla robusta de madera, mis ojos estaban vendados. Sin duda no estaba en mi mejor momento del año. Estaba empapado, se habían dedicado a hacer la básica tortura de la toalla y el agua, algo clásico que me preparaba para lo peor. No era imbécil, ni un santo, sabía cómo eran las torturas. Aquello no me importaba tanto, solo quería saber una cosa; ¿Estaba bien? Desde la bomba de humo perdí de vista a Horacio y solo logre oirle. Oír sus gritos llenos de enfado.
Los pasos retumbaron por el lugar.
En breves volverían aquellos que creían tener el poder de hacer lo que quieren sin consecuencias: ¿Por qué estaba seguro? Si aquel chico lo habían dejado en libertad, lo mas seguro es que había cavado su propia tumba. Había visto su mirada, y había visto como era Dan, aquel mafioso con tan buena puntería había sido sin duda alguien poderoso que termino y saliendo de aquella turbulenta vida.
─No lo entiendo ─dijo una voz, parecía estar alegre, decidí ignorarlo ─, mi hermano, un sádico asesino, uno de los jefes, uno de los mejores ─alardeo, estaba dando vueltas por mi silla, me rodeaba como si fuera un león y yo su presa ─, ¿Cómo lo has hecho? ─preguntó con falsa amabilidad, se puso tras mía, ─, ¿Cómo mierda lo has hecho? ─me gritó agarrandome del pelo tirando mi cabeza hacía atrás ─, ¿No piensas responderme? ─quito bruscamente el trozo de tela que tapaba mis ojos.
Abrí rápidamente mis ojos, era rubio, la intensidad de sus ojos azules me miraron ─. Si va a matarme hágalo ya ─hable sin ganas.
─¡No, de momento no! ─exclamó y con una radiante sonrisa soltó mi cabellera, se puso frente de mi ─, Antes de matarte tengo otros planes que me van a beneficiar más que matar a uno de los mejores perros.
¿Qué planes eran aquellos? ¿Trataba de mi? ¿De...? ¿Trataba de Horacio?
─Oh, shh shhh shhhh ─dijo en susurro ─, tú solo eres un peón, de momento, necesito un alfil, mi antiguo alfil ─entonces allí supe que de momento sus planes no eran matarme, no. Su plan era tener aquí a Horacio.
─¡Mateme! ─exclamé forcejeando ─, ¡Deje de joder con su puto teatrillo y máteme, cobarde! Dice esas mierdas por falta de valentía para matarme ¡Hágalo ─estaba colérico ante la idea de que aquel chico que, solo quería cambiar, sería manipulado con mi persona.
─Que exaltado estas, ¡Relax! ─se estaba riendo de mi.
─Tenía razón ─dijo apareciendo un hombre, el hermano mayor se giró a este ─, está aquí, ¿Qué hacemos con él? ─ahí vi una sonrisa realmente macabra por parte del ojiazul.
─Llama a los otros dos, cogedlo, vamos a jugar fuera.
Él sujeto solo asintió marchándose de aquel zulo ─, ¿Qué mierda hará conmigo?
─¿Yo? Nada ─aseguro caminando a la puerta, dos grandes hombres entraron ─. Lo hará todo mi querido hermano.
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PRÓXIMO: CAP 42. COMPLETAMENTE CAPAZ
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Pecado delicioso. Volkacio.
FanficTengo un problema... -¿Qué coño hace? -oí el grito del ruso desde la otra esquina de la recepción de aquel infierno llamado comisaría. Bueno tengo muchos problemas. -¡No me decepciones hermano! -exclamó Gustabo -, te deje jugar a los policias por qu...