Capítulo 6

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El sábado había llegado, y parecía que la única que estaba ilusionada, a la par de nerviosa era Maya. Todos estaban metiendo las cosas en el coche, mientras Maya desde su despacho los observaba, vio a Carina pasar por el pasillo y se apresuró a salir a su encuentro

-¡Carina! ¿Vas a ir así? No has ido a muchas acampadas, ¿verdad? –preguntó Maya al ver que la doctora iba vestida con una blusa y un pantalón de salir, llevando tacones, su ropa de diario hasta que se cambiaba en los vestuarios

-Lo siento, no voy –se disculpó Carina

-Vaya... de todos, la que menos pensé que me dejaría tirada eras tú –dijo Maya sin poder ocultar la amargura en su voz. Aunque una parte de ella también había temido que fuese y verla tonteando con Andy todo el fin de semana

-Bambina, lo siento, tengo una paciente a punto de dar a luz, no puedo irme –dijo Carina acercándose, estuvo a punto de cogerle la mano, pero se contuvo a medio camino

-Claro, lo entiendo

-Ya me contarás que tal cuando volváis

-Si claro –dijo con una sonrisa Maya, esperando volver para poder contarle todo a Carina.

En ese momento una alarma en su interior sonó, haciendo que se girase rápidamente y volviese dentro de su despacho

Maya miró su medalla de oro, la había ganado en el 2012, era su bien más preciado, y también el motivo por el que muchos reconocían su nombre. Una medallista de oro bombera, y para más inri, había conseguido ganar la medalla estando lesionada de un tobillo, pero sin dolor no había recompensa.

Respirando hondo bajó las escaleras para encontrarse con su equipo, estaban todos, a falta de Carina, que acababa de decirle que no iba y Ben, que prefería quedarse por si había alguna urgencia, por lo demás iban todos los habituales y Rigo Vázque...

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Respirando hondo bajó las escaleras para encontrarse con su equipo, estaban todos, a falta de Carina, que acababa de decirle que no iba y Ben, que prefería quedarse por si había alguna urgencia, por lo demás iban todos los habituales y Rigo Vázquez, una nueva incorporación procedente de la estación 23. Vázquez era el único que iba con alguien, con su mujer, los demás iban solos.

Al llegar al lugar, Maya sacó una libreta, al parecer, como siempre lo tenía todo organizado, donde iban a acampar, la distribución de las tiendas...

-¿Qué llevas ahí apuntado? –preguntó Pruitt a Maya mientras todos montaban sus tiendas

-La programación de hoy, ya llevamos veinte minutos de retraso...

-Maya, venimos a relajarnos..., malvaviscos, cervezas, historias de miedo...

-Me odian capitán –dijo Maya sin perder la compostura-. Hace nada era su amiga y ahora soy su jefa, me odian, no tiene nada de divertido para mi

-No te odian porque seas su jefa, te odian porque no dejas la libretita

-Bien, vale...

Pruitt suspiro aliviado de que Maya por fin lo hubiese entendido, pero su cara cambió cuando Maya comenzó a hacer sonar un silbato

Rompiendo las reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora