Capítulo 60

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-¡Son ellas! -dijo Helm mientras les ponía las copas

Las dos mujeres miraron hacia donde Helm observaba, había tres mujeres que entraron en el bar bailando y riendo, yendo al tocadiscos para poner una canción

-¿Quienes son? -preguntó Maya al ver la importancia que le daba Helm

-Son un grupo de una despedida de soltera, ayer entraron doce, han ido de bar en bar, parece que solo quedan tres de ellas -explicó Helm impresionada de que siguieran en pie, aunque en evidente estado de embriaguez

-Hola -dijo una de las recién llegadas acercándose a Maya y Carina-. ¿Ven a la de blanco? Se va a casar, nos preguntamos si bailarían con nosotras

-Estamos bien, gracias -dijo Maya

-Venga, ella está un poco desanimada porque las demás se fueron y dice que tres no es una fiesta, necesito gente para que ella se divierta, así que por favor, ¿podrían venir y hacer bulto para que ella sea feliz?

-Lo siento, no... -se disculpó Maya

-¡Sí! -dijo Carina

-¿Qué? -Maya la miró

-¿No querías salir de tu zona de confort? -Carina sonrió divertida mientras la otra mujer tiraba de Maya antes de que cambiara de idea

Las dos se unieron al grupo y bailaron, mirándose la una a la otra divertida, riéndose de la embriaguez de las otras mujeres, pero sorprendentemente felices porque se lo estaban pasando bien.

Al cabo de una hora el subidón del alcohol pasó a la etapa depresiva, mientras Maya intentaba que la novia y una de las damas de honor no se cayeran ni hicieran locuras, Carina escuchaba a otra mientras le contaba que su marido le ponía los cuernos

-Vámonos -murmuró Carina a Maya cuando pasó por su lado

-¡Si! Por favor -dijo Maya aliviada

-Bueno chicas fue un placer conocerlas, pero debemos irnos, ¡enhorabuena Lucy! -comentó Carina mientras estaban a punto de salir

Pero antes de poder salir, Lucy había intentado montarse en la barra antes de que nadie se lo pudiera impedir, con tan mala suerte que cayó al suelo golpeándose la cara contra el suelo. Maya y Carina que básicamente estaban ya casi fuera, volvieron a entrar al escuchar el golpe y corrieron a auxiliarla.

Lo bueno de que Helm hubiera sido residente es que sabía que llevarle a Carina incluso antes de que ella se lo pidiera, los bomberos tenían nociones de primeros auxilios, por lo que Maya le estaba ayudando, o esa era la idea, pero lo cierto, es que la novia no dejaba de moverse quejándose de que iba a ir a su boda con la nariz rota y un ojo morado. La sangre de su nariz no se cortaba ya que no dejaba de moverse y quitarse el paño con hielo que Carina le estaba poniendo, tampoco conseguía ver la herida que tenía en la cabeza, pues parecía que charlar y quejarse con sus damas de honor era más importante.

-Lucy, soy doctora -le dijo Carina-. Y necesito que te quedes quieta para poder examinarte -la mujer pareció hacerle caso, aunque no dejaba de llorar, Carina examinó la herida de la cabeza y se dio cuenta de que había sido solo el golpe, la sangre hacía parecer que era peor de lo que realmente era, ni siquiera necesitaría puntos, pero la nariz en cambio, sí que necesitaba placas, por ahora se contentaría con parar la hemorragia, pero para ello necesitaba calmar a la novia para que la dejara trabajar-. Oye, cuando camines por el pasillo, tu marido te verá a ti, no a tu maquillaje, no a tu vestido, no a tus hematomas... Si es el hombre adecuado él solo te verá a ti.

-Todo da un poco de miedo

-Lo sé

-Recuerdo la primera vez que vi a mi mujer en nuestra boda -dijo Maya mirando a Carina-. Por un momento todo se detuvo, no existía nada más. Éramos solo ella y yo contra el mundo. Mira, el futuro es aterrador, pero eso es parte de la diversión. Nadie sabe qué depara el futuro, pero eso es lo que lo hace tan especial, encontrar a esa persona con quien quieres compartirlo -Maya y Carina se miraron-. Los buenos momentos, los malos, todo.

Rompiendo las reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora