Capítulo 27

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Maya se montó en el coche, Andy ya tenía la radio puesta y bailaba en su asiento una canción latina, bajó el volumen cuando Maya se sentó al volante

-Vaya cara -dijo Andy-. Nadie diría que te has despedido de tu novia que estaba desnuda en el baño

-De mi novia desnuda y de una Amelia desnuda -dijo Maya aún incrédula

-¿Cómo? ¿Amelia estaba en casa? -preguntó confusa Andy

-No, estaba hablando en videollamada con Carina, ¿lo ves normal?

-Sí, ¿por qué no?

-Ya tuvimos esta conversación, no es la primera vez que ves a Amelia entrar en el baño cuando Carina está dentro, solo que ahora es por videollamada, ¿qué hay de raro?

-¡Que están desnudas! -dijo Maya sin entender aún cómo podía parecerle tan normal

-¿Desde cuándo eres tan mojigata? -preguntó curiosa Andy

-Desde que es a mi novia a la que ven desnuda..., su ex, por cierto -puntualizó Maya arrancando el coche y yéndose a trabajar

***

Durante todo el día, el trabajo de Maya fue bastante normal, bueno casi, habían atendido una llamada de una pareja discutiendo, la mujer tenía un bate y quería golpear a su pareja, la situación de por si era complicada, pero empeoraba el hecho de que los dos fueran drogodependientes y la mujer estuviera embarazada. Mientras Maya y Travis atendían a la mujer que no se dejaba atender, y muy bien lo demostró cuando golpeó con su bate a Travis en la cara partiéndole la nariz. Hudges y Warren atendían al hombre que estaba altamente alterado, dando un puñetazo en la cara a Victoria. Por ambos lados, los bomberos recibieron golpes.

Pero todo pasó tan rápido que cuando Maya y Travis consiguieron calmar a la mujer, de repente, el bebé de la mujer cayó por la fuerza de la gravedad, solo los grandes reflejos de Maya consiguieron capturarlo antes de que se golpeara con el suelo.

-Y después dice Carina que los niños no salen disparados -comentó Maya más para sí que para los demás

***

De vuelta en la estación 19, Maya comenzó a apilar el equipo, aprovechando para hacer ejercicio con ellos. Cogía algo haciendo pesas, sentadillas y estiramientos, eso la mantenía ocupada y con la mente en otra cosa, pues cada vez que se paraba sentía celos y miedo. Celos de Amelia, miedo de que Carina pudiera cambiarla por la sexy doctora con la que se había acostado. Pero sobretodo miedo de sí misma, de tener más de su padre de lo que le gustaría reconocer

-¿Sabes que las capitanas no hacen eso? -preguntó Andy desde la puerta-. Es lo bueno de estar al mando

-Lo prefiero, en el gimnasio solo se puede entrar de uno en uno, así aprovecho y hago cosas mientras hago ejercicio -dijo Maya cargando un rollo de manguera

-¿El trabajo de hoy te ha recordado a tu familia? -preguntó Andy con cautela sabiendo que a su amiga le pasaba algo

-No, mi padre se cabreaba y tiraba cosas a las paredes, nunca a nosotros, y mucho menos delante de los vecinos -dijo Maya, suspiró y reconoció el verdadero motivo de su inquietud-. Temo ir a casa

-¿Por Carina? -preguntó Andy-. Si es por Amelia, ya sabes que solo son amigas y que Carina la desnudez lo ve como algo natural...

-No, no es por ella. Carina es un bálsamo, es lo mejor que tengo después de un día como el de hoy -dijo Maya con sinceridad-. Temo por mí, temo parecerme a mi padre -Maya continuó al ver la cara de confusión de Andy-. Mi hermano y yo, éramos completamente diferentes a la hora de tratar a mi padre, él lo evitaba, se escondía, intentaba pasar desapercibido, en cambio yo, lo buscaba, intentaba hacer todo lo posible por agradarle, así que me convertí en una copia suya para que nunca tuviera razones para enfadarse conmigo. Me pasé años fijándome en su tono, sus silencios, sus posturas, me pasé años imitando el tono de su voz... Y ahora tengo miedo de haberme convertido en él al tratar de protegerme de él

Rompiendo las reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora