Capítulo 16

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-¿Por qué cada vez que te quedas en mi casa a dormir llegamos tarde al trabajo? –preguntó Maya

-En realidad no entras hasta dentro de media hora, pero doña tengo que ser la primera, debe estar allí una hora antes –se burló de ella Carina echando café en un termo para bebérselo durante el camino-. Además, ¿he de recordarte que eres tú la que no deseabas levantarse de la cama?

-Tengo una buena muy buena razón para quedarme en la cama

-¿Ah sí? –Carina la besó metiendo sus manos por debajo de la camiseta de Maya-. Aun te queda media hora para entrar...

-No –dijo Maya riéndose-. ¡Vamos tarde!


***

-DeLuca, llegas temprano –dijo el capitán Herrera al verla

-Desventajas de salir con un capitán –dijo Carina con una sonrisa-. Aunque usted también llega temprano, y eso que está jubilado

-Hay costumbres que nunca cambian –Pruitt se encogió de hombros

Apenas llevaban una hora de trabajo cuando el camión salió a una llamada, en un principio no se requerían sus servicios, así que Carina se quedó junto a Ben haciendo el inventario del camión médico.

Apenas pasó una media hora cuando les avisaron de que necesitaban que fuese, Carina con el tiempo se había acostumbrado a la urgencia cuando la alarma del parque sonaba, todo se volvía frenético, todos corrían, cada segundo contaba. Aseguró los medicamentos y cerró el camión lista para ponerse en marcha.

Cuando llegaron al lugar de la llamada vio como unos almacenes estaban en llamas, Maya estaba concentrada dando órdenes, controlando la situación, ella se dedicó a lo que tenía que hacer, aunque su corazón se aceleraba al ver a Maya cerca del fuego, sabía que era su trabajo y tenía que ocupar su mente en otra cosa para no entrar en pánico.

-DeLuca, Warren, hay algunos civiles con intoxicación de humo, están llegando otro con una herida más grave –avisó Maya al verlos

-Entendido jefa –dijeron Carina y Ben mientras comenzaban a atender a los pacientes

-Necesitamos una botella de oxígeno y un médico aquí dentro –la voz de Travis sonó por el intercomunicador

-Iré a llevárselo, intenta mantenerlo estable hasta que vuelva –dijo Ben

-No, deja que vaya yo –protestó Carina

-No eres bombero –le recordó Ben

-El fuego está controlado, solo quieren un médico para llevar una bombona de aire y que verifique una intoxicación o alguna pequeña quemadura, de lo contrario habrían pedido una camilla –dijo Carina, continuó al ver que Ben iba a protestar-. Este paciente necesita cirugía, tu eres cirujano, lo que yo necesitaría cuatro movimientos tú lo haces en dos, él te necesita más

-Ten cuidado –le pidió Ben sin estar convencido del todo

-Lo tendré –le prometió Carina entrando corriendo en el edificio

En cuanto Carina entró se lamentó de la pésima idea, era verdad que el fuego estaba controlado, pero dentro había mucho humo, aunque tenía un casco de bomberos que le cubría los ojos y la cara y tenía ventilación, su indumentaria no era la adecuada, su ropa de doctora se le pegó al cuerpo, comenzando a transpirar debido al calor, sus zapatos no eran las botas de bomberos, sino unas zapatillas de deportes, las cuales comenzaron a desprender demasiado calor, incluso sentía que las suelas se pegaban al suelo. ¿Por qué hacía tanta calor allí dentro?

Rompiendo las reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora