Capítulo 48

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Maya había estado preparándose desde que había llegado la nueva jefa, había estudiado de nuevo todos los manuales por si acaso le preguntaban, había estado llegando la primera y yéndose la última, su uniforme estaba impoluto, nadie podía quejarse de ella, era la mejor y lo estaba demostrando. Es por eso que cuando la jefa Ross le informó que no la haría capitana de nuevo la enfureció

-Salvé la vida de un niño -le espetó Maya-, aprovecharon mi ausencia porque mi mujer se moría para destituirme. El jefe Macallister tenía un problema conmigo por defender a la población de la brutalidad policial, él...

-¿Quiere que añada eso a su informe? -preguntó Ross-. Porque son acusaciones muy graves. Eres una mujer ambiciosa y eso me gusta, pero eres incapaz de seguir la cadena de mando, antepones lo que tú piensas a una órden directa y eso no puede ser. Estoy de acuerdo con tu destitución, no eres capaz de ver que hay una cadena de mando y que te guste o no las órdenes debes hacer tu trabajo. Y la verdad, que no te arrepientas de la decisión que tomaste me lleva a pensar que ese problema no vas a solventarlo.

Maya se quedó mirándola, sintiendo la rabia en su cuerpo, queriendo decir muchas cosas pero era su superior y sabía que no podía, la alarma de un aviso fue la que la salvó de aquella incómoda situación

-Es mi turno -dijo Maya

-Ve -la jefa Ross se apartó para que pudiera pasar y dando así por finalizada su conversación

***

Carina y Maya eran completamente diferentes, caras opuestas de una misma moneda. Carina cocinaba, cantaba mientras hacía la comida, Maya, en cambio, prefería la comida precocinada. Carina era sociable, podía hablar con cualquiera y entablar amistad en apenas cinco minutos, Maya era retraída y le costaba hacer amigos. Carina sonreía, intentaba ver lo bueno de lo malo, Maya veía lo malo como un fracaso. Carina apoyaba, intentaba animar al que veía mal, Maya nunca había sentido un apoyo cuando había estado mal, debía solucionarlo sola. Siempre sola.

Por eso, cuando Carina se enteró de que la reunión con Ross fue mal, no se lo pensó dos veces, hizo una cena para las dos, puso una botella a enfriar para que hablaran e intentar animar a su mujer. Pero Maya no era de las que se apoyaba en otros, no sabía hacerlo, nunca le habían dicho como se hacía, ella gritaba, golpeaba y se levantaba, pero sola.

Fue por eso que cuando Maya entró en su apartamento y vio la mesa puesta, con un gran banquete, velas y champagne tuvo ganas de gritar, miró aquello como si estuviera mirando a su mujer con otra, con el mismo horror en la mirada

-Te dije anoche que me dijo que no -comentó Maya intentando calmar la ira de su interior

-Lo sé, pero ya había puesto el champagne a enfriar y vamos a celebrarlo, tenemos muchas cosas que celebrar -dijo Carina intentando que se enfocara en lo positivo y no únicamente en lo negativo-. Podemos...

-No -dijo Maya con firmeza mientras se alejaba de Carina-. Estoy enfadada y frustrada, necesito tirar cosas y desahogarme. Y no puedo hacerlo si tu me das cariño y apoyo..., por favor, déjame estar unos días cabreada

-Vale... -dijo Carina yendo hacia la habitación para dejarla sola

-¡Te amo! -dijo Maya antes de que se fuera-. Y vamos a tener un bebé, solo... solo necesito superar esto

-Esta bien... -dijo Carina mientras la dejaba sola

Antes de entrar en la habitación, Carina pudo escuchar como Maya gritaba contra un cojín, ya que el sonido estaba amortiguado. A Carina le mataba no poder hacer nada por ella, pero entendía que ambas eran demasiado diferentes.

***

Carina saludó a Teddy que estaba bebiendo en la barra del Joe, Carina pidió una copa y se sentó a su lado

Rompiendo las reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora