Capítulo 61

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"Me acosté con Jack"

"¡Tú no me entiendes!"

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"¡Tú no me entiendes!"

"Ser capitana es todo lo que me importa en esta vida"

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"Ser capitana es todo lo que me importa en esta vida"

Carina era consciente del cuerpo pegado a ella, Maya la abrazaba por la cintura y su mano acariciaba su abdomen, por su parte, la italiana la tenía abrazada por los hombros y acariciaba distraídamente su brazo

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Carina era consciente del cuerpo pegado a ella, Maya la abrazaba por la cintura y su mano acariciaba su abdomen, por su parte, la italiana la tenía abrazada por los hombros y acariciaba distraídamente su brazo.

Carina sabía que debería sentirse bien, en paz, habían tenido horas de sexo como hacía tiempo no lo tenía, siempre se habían compenetrado perfectamente en la cama, tenían química y conocían a la perfección el cuerpo de la otra. El sexo había sido maravilloso. Pero cuando la pasión se hubo ido y el silencio reinó en la habitación, los recuerdos se agolparon.

Una habitación que había sentido como suya y, poco a poco, la sintió desconocida y fría. Una habitación a la que durante meses no deseó volver, pues aquella cama demasiadas veces se había encontrado vacía cuando Maya huía de ella y pasaba horas en el trabajo. Una habitación que había presenciado demasiadas peleas, demasiados gritos, demasiadas palabras hirientes y demasiados portazos.

Deseaba aquello, amaba a la mujer que tenía entre sus brazos, amaba el momento de anticipación antes de verla, amaba su sonrisa, amaba como sus ojos azules brillaban al verla, amaba hacerla gemir, amaba la sensación de su cuerpo desnudo junto al suyo. Pero en aquel momento, solo sentía ganas de llorar, porque la amaba pero odiaba estar allí. Odiaba sentir miedo. Nunca se había considerado una persona miedosa, ¿pero cómo iba a volver a vivir con su mujer cuando tan solo unos minutos en silencio la hacía sentirse de aquel modo?

Rompiendo las reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora