Capítulo 19

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Una vez Carina terminó de hablar con Amelia, se fue al parque 19, ese día recaudarían dinero gracias a una comida que harían para toda la comunidad, iban a necesitar ayuda, el cometido de ese día de Carina a no ser que necesitasen con urgencia su ayuda sería tenerlo todo listo mientras el equipo acudía a las urgencias que ese día hubiese.

Al llegar Carina vio el despacho de Maya cerrado, lo que indicaba que ella estaría dentro, llamó a la puerta y sin esperar contestación asomó la cabeza

-¿Se puede? -dijo sonriendo al ver como la rubia le sonreía al verla

-¿Ya estás de vuelta? -Maya se levantó de su escritorio y fue a recibir a Carina, cerró la puerta y comenzó a besarla con necesidad, para alejar los restos de celos que seguían en su organismo

-Si, solo tenía que darle los resultados a Amelia -dijo sonriendo Carina al sentir como las manos de Maya comenzaban a apretar su culo pegándola más a ella

-Aja... -murmuró Maya sin dejar de besar a la italiana, gimiendo cuando Carina metió sus manos bajo su camisa-. No deberíamos hacer esto aquí

-No, no deberíamos -dijo Carina sin dejar de besarla

-Quizás deberíamos parar -Maya sin dejar de besar a Carina la llevó hacia su escritorio

-Sí, no creo que los contribuyentes paguen para que yo me enrolle con mi novia en su despacho...

-Les devolveré su dinero -dijo Maya profundizando más el beso

-Perfecto... -Carina desabrochó el pantalón de Maya y comenzó a meter la mano dentro, sonriendo al sentir la necesidad de la otra mujer

Un golpe en la puerta hizo que ambas mujeres se separasen al instante, como si de repente al tocarse les hubiese electrocutado, Carina y Maya empezaron a poner bien sus ropas, maldiciendo internamente la interrupción

-Perdona jefa -dijo Vic, sonriendo al ver la cara de ambas-, su madre está aquí

Una mujer rubia entró en el despacho

-¡Sorpresa! -dijo la mujer alegremente

-¡Mamá! -Maya la miraba sorprendida-, mamá -repitió tartamudeando y nerviosa-, ¿qué hacés aquí? No me has avisado, ¿por qué?

-Había pensado que ya era hora de ver donde trabajaba mi hija, la capitana -dijo orgullosa, después por primera vez pareció darse cuenta de la presencia de Carina-, Oh, hola

-Hola -dijo Carina nerviosa, mirando a Maya y a su madre

-¿Eres una de las bomberas del parque?

-No, soy doctora, doctora Carina DeLuca -dijo estrechando la mano de la mujer

-¿Eres la doctora de mi hija?

-No, no exactamente, trabajo aquí como apoyo médico -reconoció Carina sin saber si Maya querría que su madre supiese algo de ella. Carina volvió a mirar a Maya que seguía impactada por la presencia de su madre y no reaccionaba

-¿He llegado en mal momento? -preguntó la mujer

-No, no, yo ya me iba -admitió Carina-, ya le he robado mucho tiempo a los contribuyentes

Mientras salía Carina se encogió de hombros mirando a Maya, le lanzó un beso y cerró la puerta tras ella, suspirando aliviada una vez estuvo fuera del despacho.

-Mamá..., ¿qué haces aquí? -preguntó de nuevo Maya cuando pudo reaccionar

-He dejado a tu padre

Maya la miró sorprendida, sin decir nada se volvió a sentar en su escritorio y comenzó a rellenar los informes que estaba rellenando antes de que Carina hubiese entrado en el despacho

Rompiendo las reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora