Capítulo 58

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Maya fue a ayudar a Ben, sin dejar de mirar como Carina intentaba calmar a la mujer embarazada, que su mujer tuviera las manos dentro de las piernas de la otra mujer no le estaba resultando fácil, a pesar de saber que estaba trabajando

-Tú... ¿la recuerdas? ¿Fue a la clínica? -preguntó Maya a Ben mientras se ponía la chaqueta protectora

-Sí, vino buscando a Carina y la registré

-¿Y qué más?

-Nada más

Ben fue a ayudar, Maya lo miró con el ceño fruncido ya que no sabía si Ben le estaba ocultando la verdad, o si era lo que él decía. Pero Jack había sospechado de esa mujer, de que entre ella y Carina pasaba algo, entonces tendría que haber visto algo, ¿no? ¿Y si Ben la estaba mintiendo para que no se descentrara y atendiera a aquella mujer con profesionalidad? ¿Y si estaba encubriendo a Carina?

-El brazo -comentó Carina en voz alta

-Estamos en ello -le dijo Ben

-No, no el de ella, el del bebé, está en mala posición, debo recolocarlo

-¿Eso qué significa? -preguntó Pam asustada-. Es malo, ¿verdad?

-No necesariamente, solo debo recolocarlo... pero va a ser muy doloroso

-¿Qué pasa si no lo consigues? -preguntó Pam seria

-El bebé podría quedar atrapado -Carina la miró seria intentando que no se le notara la preocupación

-No creo que pueda hacerlo, Carina -dijo la mujer comenzando a llorar

-Claro que puedes, Pam -dijo Carina buscando una mascarilla con oxígeno-. Te conozco, sé lo fuerte que eres, sé lo mucho que quieres a este bebé, puedes hacerlo porque tienes que hacerlo

Carina no quería mirar a Maya, había visto la preocupación en sus ojos, el miedo, los celos y la angustia. Quería hablar con ella, explicarle para que no se hiciera ideas que no eran, poder charlar con ella sobre todas sus dudas y resolverlas juntas, pero ese no era el momento ni el lugar, debía esperar, debía centrar todas sus energías en aquella madre y aquel bebé, porque si dejaba que sus problemas maritales la distrajeran podría perderlo a ambos. Así que dejó a Maya con su dolor, se tragó su propio temor y se concentró en la mujer que tenía delante.

Carina le puso la mascarilla a Pam y comenzó a manipular su barriga, haciendo que el bebé se moviera, haciendo caso omiso a los gritos de la mujer, concentrada solo en lo que estaba haciendo, aquel era su trabajo y se le daba bien

-Necesito levantar a Pam del suelo para que la gravedad haga su trabajo -dijo Carina mirando a su alrededor buscando algo que pudiera hacer que la mujer estuviera más recta en la situación en la que se encontraba, descartó la mesa o sillas, nada más Pam echara su peso se moverían, aparte de que clavarse el hierro en la espalda no sería cómodo y ya bastante incómoda estaba con el brazo atrapado, entonces lo vio, al hombre que las había llamado-. ¡Devon! Ponte a cuatro patas y ponte debajo de ella

Ben y Maya abrieron los ojos asombrados al escuchar aquellas palabras

-No, doctora DeLuca creo que eso se califica como acoso laboral, yo lo hago yo -dijo Maya deteniendo al hombre y agachándose para servir a Pam de apoyo

En ese momento aparecieron los refuerzos, Sullivan y la jefa Ross llegaron con el material que necesitaban para poder cortar la puerta y sacar el brazo de Pam, con suerte todo acabaría pronto, pero nada podía detener el parto, la cabeza del bebé estaba asomando y preparada para llegar al mundo.

Mientras Sullivan y Warren se ponían con la puerta, protegiendo a Pam en todo momento, la jefa Ross seguía las órdenes de Carina ayudando a abrir las piernas de Pam, agarrándolas para que no pudiera cerrarlas por el dolor. Maya miraba a Carina desde su posición, sin poder hacer nada más que mirar.

Rompiendo las reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora