2006
Una joven Maya Bishop, de quince años, corre en la pista de atletismo, está en una carrera, una carrera para la que lleva entrenándose meses, su padre y entrenador le grita desde las gradas, a pesar del alboroto, los gritos, Maya solo puede escucharle a él, por encima incluso de su propia respiración, está agotada pero sabe que no puede parar, tiene a su rival al lado, cualquiera de las dos puede ganar la carrera.
-¡Maya no te ralentices! ¡Sigue corriendo Maya! –le grita su padre desde las gradas
Maya hace un último esfuerzo y cruza la línea de meta, su padre salta desde la grada para abrazarla
-Estoy orgulloso de ti hija
Al día siguiente de haber ganado la carrera, Maya dormía en su cama, hacía meses que no podía dormir más de las seis de la mañana, pero había ganado, así que ese día por fin podría descansar
-¿Qué estás haciendo? –preguntó el padre de Maya entrando en su habitación
-Estaba durmiendo, gané la carrera, esperaba poder dormir hoy un poco más
-No, debes seguir entrenando para poder seguir ganando –dijo su padre serio
-Déjame... -Maya se acurrucó en la cama
Su padre sin decir nada sacó de detrás de su espalda un cubo de agua fría y se lo echó por encima a su hija, Maya se levantó sobresaltada y congelada
-Puedes quedarte ahí si quieres, pero me parece que tu cama ya no es tan acogedora –dijo su padre riendo-. Vamos hija, ¡en marcha!
El lunes, Maya volvió a sus entrenamientos al salir de clase, con el club de atletismo, estiraba sola, como siempre, pero una joven se acercó a ella.
-Corriste muy bien –dijo la joven-. Algunas chicas vamos a ir a comer una pizza luego, ¿te apuntas?
-No puedo, mi padre me ha puesto una dieta estricta –dijo Maya sin dejar de hacer sus estiramientos
-Ya, lo he visto a veces, es un poco estricto, ¿no?
-No..., él solo... se emociona –lo justificó Maya
La chica se quedó hablando con ella, incluso la invitó al cine, Maya se sentía bien, estaba emocionada, por sus estrictos entrenamientos apenas tenía amigos, le gustaba que alguien contase con ella.
Poco a poco, Maya y la chica empezaron a verse después de los entrenamientos, hablaban, escuchaban música, por primera vez, Maya se sentía una joven normal, como todas las demás.
Maya e Hima, así se llamaba su nueva amiga, pasaban mucho tiempo juntas, incluso quedaban para hacer los deberes juntos
-¿Una galleta?
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Rompiendo las reglas
FanfikceLas reglas estaban claras, cada miércoles se verían y tendrían sexo, nada de sentimientos, nada personal, las dos mujeres ni siquiera sabían el nombre de la otra. Pero el destino hace de las suyas, y Carina DeLuca, doctora del Grey Sloan Memorial c...