Capitulo 1

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JUNGKOOK POV.

Me levante después de escuchar la alarma que me avisaba que hoy iniciaría otro maldito año de sufrimiento en la institución, pero como no quiero estar de mal humor prefiero verlo de forma positiva, ya que este es mi último año de secundaria, si aguante tanto años en ese lugar fue por dos razones o mejor dicho por dos personas, mi padre y mi mejor amigo jimin, ellos son los que siempre estuvieron insistiendo en que debía terminar la secundaria para poder entrar a la universidad y poder heredar la estupida empresa de mi padre, y se estarán preguntando porque estupida pues...

Porque no quiero tener nada que ver con el sucio dinero de mi padre, porque sé muy bien quien es él, por dinero es capas hasta de quitarse un riñón y venderlo, se de los negocios que ha hecho para obtener todo ese dinero y no, no fue en drogas o tráfico de armas, pero muy limpio no és.

Quiero demostrarle que no necesito de su dinero para ser alguien exitoso y no, mi sueño nunca fue ser un desalmado empresario multimillonario como mi padre.

Quería ser músico como mi madre soñaba que fuera, ella siempre me cantaba cuando era pequeño, amaba su voz, era como la de un ángel, me enseñó a tocar el piano y cantábamos todas las noches nuestra canción favorita, "euphoria", era una hermosa canción con una melodía suave y dulce como ella.

Pero murió cuando tenía 10 años y todas esas ilusiones y sueños se esfumaron junto con ella, ahora en lo que menos pienso es en mi futuro, ya que prefiero disfrutar el presente al máximo, ya después veré que hago, después de todo soy bueno en todo lo que hago.

Estaba bajando las escaleras ya arreglado y listo, me senté en la mesa para desayunar un plato de frutas picadas y un jugo de naranja, al fijarme en la hora faltaba media hora para que sean las nueve, pero que se jodan necesito mantener mi perfecto cuerpo bien nutrido. Después de un rato desayunando solo, a lo que ya estoy acostumbrado puesto que mi padre casi nunca está en casa porque prefiere estar encerrado en su jodida empresa. Termino mi desayuno y me dirigí a mi auto para dirigirme al instituto, al llegar pague para estacionarlo en un buen lugar ya que quiero que mi bebé este en un lugar seguro.

— solo espero que este año sea mejor — digo para mi mismo antes de salir del auto, y al llegar a la entrada me encontré con Jimin y unas cuantas chicas a su alrededor. Jimin desde que entro a la etapa de la adolescencia solo puede pensar en una cosa, mujeres, y no digo que yo no lo haga, pero piensos en cosas más entretenidas que en mujeres, sin ofender chicas.

- ¡Kookie, amigo mío! - gritó jimin dejando a las chicas atrás para acercarse mí con una de sus sonrisas de revista.

- Mira pitufo defectuoso, es la última vez que te lo repito, ¡deja de llamarme así! - le grito en protesta.

— uy alguien amaneció de malas, al parecer no tuviste acción ayer — me dijo con una sonrisa burlona.

Ruedo los ojos ante su comentario, cuando desvío la mirada me percato en las chicas que estaban hace un momento alrededor de jimin.

Bueno no puedo negarlo, sus cuerpos son arte que me encantaría observar más de cerca. 

— ¿tan temprano y ya estás buscando a quien cogerte? — pregunta mi amigo al darse cuenta de lo que estaba mirando.

— amigo mío, nunca hay que desaprovechar las oportunidades, y menos oportunidades tan buenas como esas, además no hay nadie que se me resista — dije observándolo de vuelta con una sonrisa de lado.

— si, si, lo que tú digas señor perfección — dice éste rodando los ojos.

— Ajá, tal vez le hable a alguna de ellas en el receso.

Junior necesita atención

— Bueno entramos ¿o no? — le pregunté a jimin al ver cómo todos estaban entrando ya.

— Si, andando.

Entramos al instituto, pero como éramos de último año teníamos que ir al segundo piso, nos dirigimos al ascensor para poder ir a nuestro salón, al llegar al segundo piso nos dirigimos hacia el salón pero cuando íbamos llegando, de un momento a otro me encuentro en el piso con la cabeza dándome vueltas por un fuerte golpe.

— Oh lo siento mucho — dijo una suave voz, que al escucharla pude notar claramente que era la voz de una chica. 

Quien en estos momentos se encontraba recogiendo los libros que habían caído al suelo por el choque.

Cuando iba a levantar la cabeza para reclamarle me topo con una chica pelinegra, delgada, de piel pálida, cuando cruzo mirada con sus ojos color avellana, me doy cuenta que no es cualquier chica, era nada más y nada menos que...

— Lalisa Manoban.

La apuesta | (Lizkook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora