JUNGKOOK POV.
Creo que lo mejor fue dejar de molestarla, ya cometí muchas tonterías con ella, y creo que ya fue suficiente, además...me odia como el primer día, no hay nada más que pueda hacer, solo debo dejarla tranquila.
— Jungkook, ¡amigo!— Escucho a Jimin llamarme y volteo hacia donde provino su voz.
— ¿Qué pasa, Jimin?— digo con pocos ánimos.
— Oye, ¿estás bien? ¿pudiste hablar con Lisa? — Dice mirándome con preocupación.
— Estoy bien y sí, pude hablar con ella — Digo mirando hacia abajo jugando con mis pies.
— ¿y? ¿Qué pasó? — Pregunta curioso por saber.
— Pues...la busqué para pedirle disculpas y cuando la encontré lo hice pero.... — Me quedo en silencio.
— ¿Pero qué? — Mueve la mano para que continuara.
— Pero Lisa me odia nuevamente, bueno — rio sin humor — de hecho nunca dejó de hacerlo. Yo solo le dije que no la volvería a molestar y ya, no dije más.
— ¿Así nada más? ¿y qué pasó con lo de la apuesta? — pregunta jimin
— Jimin...jugaron con ella sin importarle lo que sentía, yo no pienso hacerle lo mismo. Perdí y mañana te traeré lo que ganaste — digo con pereza.
— Nada de eso, déjalo así, no tienes que pagarme nada — Dice dándome una cálida sonrisa.
— Pero yo perdí la apuesta.
— ¿Y? Por Dios amigo, mira cómo estás... — Dice señalamdome aún más preocupado.
— Estoy bien — digo restándole importancia — Me tengo que ir, iré a visitar a alguien.
— ¿A la señora Min, ¿cierto? — pregunta colocando su mano en mi brazo.
Asiento con tristeza — Salúdala por mí ¿si? — Me dice mostrando una triste sonrisa.
— Lo haré, adiós amigo — y sin más salí del instituto rumbo a mi destino.
Tome mi auto y me dirigí hacia el cementerio, quería visitar a mi madre. El camino es un poco largo pero creo que me servirá para despejarme un poco, necesito hablar con alguien y sé que mamá donde quiera que esté me estará escuchando. Después de estar casi una hora y media conduciendo llegué.
Me bajé y caminé hasta donde se encontraba su tumba, y luego de encontrarla le puse unas flores que le había comprado en el camino.
Me senté a su lado y de pronto mis ojos empezaron a arder, y mis lagrimas empezaron a caer.
— Hola, mamá — Saludo con tristeza y con la voz un poco temblorosa — Te-te extraño mucho — sollozo bajando la cabeza mientras mis lagrimas caen. Respiré y logré tranquilizarme — mi vida ha sido un asco desde que te fuiste, papá casi no está en casa, siempre está metido en su estupida empresa todo el día y cuando llega ya estoy durmiendo, así que prácticamente vivo solo, creo que a la única persona que tengo conmigo es a mi mejor amigo Jimin, que por cierto te manda saludos; ese enano a estado conmigo en los peores momentos de mi vida, pero aún teniéndolo a él me siento solo ¿sabes? — hablo mientras juego con la camisa que traía puesta — no....me siento completo, siento que una parte de mi alma no está conmigo, siento un vacío que me hace sentir miserable aún cuando vivo en una vida de lujos....pero en fin, supongo que no todos tenemos la gran suerte de tener una vida feliz, estuve tratando de todas las formas posibles de encontrar aunque sea un poco de felicidad en fiestas, alcohol, chicas, pero realmente solo son distracciones. ¿Sabes? Hace una semana conocí a la famosa Lalisa Manoban, una chica hermosa de mi instituto con una sonrisa de infarto... — suelto una risa nasal — Pude convencerla de ser amigos. Me he reído muchas veces con ella, aún cuando no llevamos muchos días de conocernos, ¡ah! también conocí a su amiga Jisoo, le dicen Chicken pero yo prefiero decirle pollo andante, suena más cool ¿no crees?, en fin, luego de empezar a hablar con ella nos juntábamos más seguido los cuarto, Jimin y Jisoo siempre peleaban por tonterías pero Lisa y yo solo los ignorábamos y empezábamos a contarnos anécdotas graciosas de cuando éramos niños. ¿Recuerdas cuando era pequeño y me encantaba andar como Dios me trajo al mundo por toda la casa?, e incluso en el jardín, perdí la cuenta de cuantas veces me regañaste por eso, y bueno esa vergonzosa historia se la conté a Lisa, no paraba de reír, me encantaba verla reír, era muy linda y adorable, pero... hice una estupides y termine arruinándolo todo con ella. Estoy seguro de que si te hubiera contado esto antes me estarías jalando de las orejas; el caso es que decidí dejar de molestarla, no quería incomodarla así que supongo que ya no somos amigos, de hecho me pregunto sin en algún momento llegamos a serlo — suelto un profundo suspiro — De verdad te extraño mucho mamá, extraño tus abrazos, tus besos de buenas noches, tus consejos, e incluso tus regaños. Eras la única que me escuchaba, que me cuidaba, y créeme que me encantaría volver el tiempo atrás y poder pasar más tiempo contigo, hubiera estado como un koala pegado a ti, pero como eso no es posible solo me queda sentirte desde allá arriba — Me quedo un rato en silencio abrazado a mis piernas llorando, extrañando con todas mis fuerzas a mamá.
Después de unos minutos en lo mismo me despido de mi madre y me dirijo a mi auto para ir a casa.
Cuando llego estaciono mi auto en el garaje y cuando me bajo de el, noto qué hay otro auto estacionado y se me hace un poco raro ya que ese no es el auto de papá y no creo que sea nuevo porque se ve un poco....¿femenino?.
Entro a la casa y me extraño aún más al ver maletas más adelante de la puerta — Pero qué....
— ¡Jungkookie! — Esperen, yo conozco esa voz...
No me dejo ni voltear ya que se me tiró encima enredando sus brazos en mi cuello y sus piernas en mi cintura.
— Oye, mucha confianza ¿no crees?. ¿Qué haces aquí?— Pregunto riendo al descubrir quién es.
— Hola, ¿cómo estás?, yo estoy bien gracias, ¿y tú?, ¡oh! muy bien también. Te pasas Jungkookie, ya ni el muérete — Se queja bajándose de mi espalda.
Yo solo ruedo los ojos divertidamente — Hola, Rosé ¿cómo estás?, qué lindo verte. ¿Contenta?
— Tú no cambias — Ahora es Rosé quién rueda los ojos.
Rosé es mi prima, hija del hermano de mi padre, tiene la misma edad que yo. Ella y yo éramos el dúo inalcanzable en la primaria, éramos compañeros de travesuras, de conquistas, entre otras cosas, cuando rompíamos algo nos respaldábamos el uno al otro para que no nos castigaran. Un día mi tío decidió mudarse a Londres ya que estaba teniendo mucho éxito en su empresa gracias a los socios que tenía de allá, y obvio no iba a dejar a su esposa y a su hija solas en Corea, así que unos dos meses después ya estaban tomando el avión rumbo a Londres y como Rosé y yo aún éramos unos niños nos despedimos lloramos a más no poder, con el tiempo empezamos a escribirnos y dejamos el drama de estar separados.
— ¿Cuándo llegaste? ¿mis tíos vienen contigo? — le pregunto después de que nos sentamos en el sofá de la sala.
— Llegue hoy, de hecho llegué unos minutos antes que tú y no, vine sola. Hable con mis padres y les pedí que me dejaran venir a vivir a Corea y después de tanta insistencia de mi parte terminaron accediendo, pero como siempre supe que no me enviarían así de fácil y me pusieron la condición de que tenía que venirme a vivir aquí con ustedes y me dijeron que no me preocupara que ellos hablarían con mi tío y aquí estoy — dice para luego recontar su cabeza en el sofá
— ¿Entonces vivirás aquí? — Rosé levanta la cabeza y asiente — ¡Genial! al fin tendré compañía en esta solitaria casa y...además, ya se a quién pedirle que me lave los bóxers — bromeo mirándola con una sonrisa burlona mientras alzo las cejas divertidamente.
— Que te los lave tu abuela — Dice para luego arrojarme un cojín.
— Pero que agresiva...Londres no te sienta bien, querida — bromeo nuevamente aguantando la risa.
— Mira cállate antes de que te tire por uno de los balcones, idiota — me advierte con una mirada amenazante.
— Ya ya, me callo — Digo riendo alzando las manos en son de paz
— ¿Y? ¿Algo nuevo que contarme? — trago saliva con una mirada nerviosa — ¿Tal vez sobre una tal Lalisa Manoban?
¿Qué los chismes del instituto también llegan a Londres? ¡Maldicion! ésta mujer es adicta al chisme en serio, me ateerra.
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La apuesta | (Lizkook)
FanfictionJoen Jungkook es un chico joven que le gusta andar por la vida sin preocupaciones, un chico de fiestas, chicas y problemas, pero también es alguien agradable, divertido y dulce, con carácter fuerte pero blando por dentro. Lalisa manoban es todos lo...