𝗧𝗵𝗲𝗯𝗲 || Apolo Hidalgo

El Guok de la vergüenza

THEBE GRIFFIN

No. No puede ser que esto haya sucedido.

¿Cabía la posibilidad de haberme emborrachado y haber soñado todo? No, imposible, los borrachos no tienen alucinaciones tan realistas, y la sensación...
Miré al chico de mi lado. Apolo dormía boca abajo, los rizos castaños caían por su frente y sus labios entreabiertos hacían un adorable sonido al respirar, su rostro reflejaba una paz que era acompañada por su relajada respiración. La sábana le tapaba de cintura para abajo, dejando su espalda desnuda al descubierto, el resto del cuerpo no se veía, pero era evidente que estaba desnudo.

No, es demasiado real para ser una alucinación.

-Thebe. -suspiré levantándome para colocarme la ropa- Thebe.- ¿tan borracha estaba que hasta escuchaba mi nombre? -¡Thebe! -volteé mi cabeza hacia la puerta, no eran alucinaciones, Raquel estaba en la puerta de la habitación con el disfraz de bruja totalmente desarreglado- ¡Thebe, por Dios! ¿Estás en esta realidad?

-¿Qué quieres...? -Raquel se acercó a mi, tapó mi boca con una de sus manos.

-Shh, calla -susurró- levántate con mucho cuidado -me levanté de la cama como ella me pidió- vamos -ella salió por la puerta con rapidez, yo la seguí pero antes de salir le dediqué una mirada a Apolo. Espera, esa no era la habitación a la que me llevó Apolo aquella noche.

Oh mierda, ¿qué ha pasado? Y lo más importante, ¿qué he hecho?

-¿Dónde mierdas estamos? -Raquel me tomó del brazo, sacándome de aquella habitación.

-Anoche cogimos un taxi para venir a casa de Marco -respondió ella mientras caminábamos por el pasillo.-¿Qué pasa? ¿No te acuerdas de nada de lo que pasó? -negué con la cabeza.

-El alcohol es como un ex no superado, prometes que no vas a volver a caer... y caes -me llevé una mano a la cabeza.
Por mi mente pasaron imágenes de aquella noche. El beso de Ángel y Daniela, Apolo consolándome, besos, vodka, margaritas, cantando canciones de corazones partidos a todos pulmón, Gregory y Ángel haciendo de stripper, Cris evitando hablar con la gente, más besos...

Por los calzones de Superman... me voy a ir directa al infierno.

-¡Thebe! ¿Me estás escuchando? -con el rostro totalmente sonrojado, volví a la realidad.

-La verdad es que no -miré la puerta del cuarto en el que estaba- no puedo dejar a Apolo así...

-Ya se lo explicarás, tenemos que irnos de aquí ya, todos la hemos cagado esta noche.

-Pero se va a sentir usado - es que le has usado. Un enorme sentimiento de culpa se instala en mi pecho- ¿Y tú cómo la has cagado?

-¿Yo? Cometiendo todos los pecados del mundo en una sola noche, ¿te sirve?

Nos quitamos los tacones para evitar hacer ruido. Ambas, con los tacones en la mano, caminábamos por el pasillo haciendo el menor ruido posible, adelanto a Raquel, me ponía nerviosa lo lento que avanzaba por no querer hacer ruido.

-Thebe, llevas el top al revés -se quedó en silencio unos segundos- Thebe, ¿tuviste sexo anoche?

-Raquel, me acabas de sacar de una habitación en la que estaba durmiendo con un chico. -ella se quedó quieta mirándome, me detuve también unos metros más adelante.

-Estaba agobiada, no me he fijado-se quedó mirándome en silencio unos segundos hasta que se dio cuenta de lo que realmente había pasado- Oh, no puede ser... ¡Te has tirado a Apolo!

-¡Raquel!

-¡Por la virgen de los abdominales! -arrugué las cejas.

-Raquel, primero, esa virgen no existe, y segundo, ¿no era que no querías que nos escuchasen? -ella asintió.