THEBE GRIFFIN
-Thebe, ¿quieres hacer el favor de salir y hablar con él?
-¿Por qué? Estoy haciendo la pizza.
-Mentira, el horno está haciendo la pizza, tú lo estás mirando como si fuera lo más interesante de esta casa. -replicó mi amiga pelirroja- cuando, evidentemente, lo más interesante está sentado en el salón esperando a que salgas. -un leve sonrojó cruzó mis mejillas, Cristina rió ante esa reacción. - Venga, Thebe, ¿qué puede salir mal?
- No sé, ¿estropear la amistad que tenemos tal vez?
-¿Estropearla? Ay, que cruz me ha tocado contigo, amiga -Cris me tomó de brazo, empujándome fuera de la cocina hacia el salón. Quise darme la vuelta y refugiarme de nuevo entre los fogones de la cocina, pero la mirada de Apolo sobre mis ojos me impidió hacerlo.
-Hola... -murmuré desde el marco de la puerta.
¿Por qué me da vergüenza? Hace cinco minutos le estaba abrazando...
-Hola -me acerqué lentamente hacia él, sentándome a su lado. El silencio reinó entre nosotros, era un silencio similar al que tuvimos en uno de nuestros numerosos paseos.- ¿Cómo va la pizza? -preguntó él tras unos minutos.
-Bien...
-Me alegro. -de nuevo, silencio. Lo único que se escuchaba era el sonido de Cris cantando a Maroon5 en la cocina.- Thebe, tenemos que hablar de una cosa.
Mierda, no... ¿pero tiene que ser ahora? Igual es sobre otra cosa y no dice...
-Halloween...
Mierda.
-Sí -suspiré.- lo siento, Apolo...
-¿Lo sientes? - Apolo tenía una expresión perpleja en el rostro- ¿Cómo que lo sientes? -mientras él insistía en que siguiese hablando, yo trataba de buscar las palabras adecuadas para explicarle que lo que hice estuvo mal.
-Apolo, yo... estaba enfadada, triste, borracha, confundida...
-¿Hice algo que no querías?
-¡No! ¡Apolo, por favor, déjame hablar! -él asintió, acomodándose en el sofá de tal forma que no tenía que girar el cuerpo para mirarme. Suspiré de nuevo, no había forma de explicárselo sin quedar como una auténtica basura de persona, pero se lo merecía, Apolo se merecía saber la verdad.- En la fiesta vi...
Venga, Thebe, ya no hay vuelta atrás.
-En la fiesta vi a un par de personas... muy importantes para mi besándose. -me sentía patética- eso... me dolió mucho, no me lo esperaba para nada de ellos, fue una auténtica puñalada por la espalda. -ya no controlaba las palabras que salían de mi boca, era el dolor quien lo hacía- Ángel era mi mejor amigo, joder, y Daniela mi... algo. Me sentí tan insignificante, tan patética, creía que significaba algo para ella y tan solo fui un juego, un puto experimento para probar lo que le gustaba, nunca me tuvo aprecio alguno, nunca me quiso como ella afirmaba.
-¿Qué? -ignoré por completo la interrupción de Apolo, de mi boca seguían saliendo las palabras sin filtro alguno, sin temor a hacer daño.
-Fuiste el único que se acercó a mi después de eso, el único que hizo el esfuerzo de consolarme, Apolo, me sentí segura contigo, creo que por eso fue que me lancé a tus brazos de esa manera, la sensación de seguridad y cariño mezclada con el alcohol... -suspiré- qué te voy a contar que no sepas ya, fue un error, un puñetero error... Te utilicé, me acosté contigo por despecho, te entregué mi virginidad por resentimiento hacia una persona. Lo siento.
-¿Entonces no significó nada para ti? -entonces me di cuenta de todo lo que había dicho, me di cuenta de que los ojos de Apolo ya no estaban sobre mi, sino fijos en la alfombra roja que cubría el suelo del salón.
-Yo no he dicho eso...
-Es lo que has dado a entender. -se levantó del sofá, acomodando su camisa levemente arrugada.
Genial, Thebe, ya la has cagado...
-Apolo, de verdad que no he dicho eso...
-Mira, Thebe -la seriedad que estaba escuchando en su voz era algo nuevo, jamás me imaginé a Apolo comportarse de esa forma tan fría- gracias por dejarme las cosas claras, sabes de sobra desde hace mucho tiempo lo que siento por ti, pero no por eso tienes el derecho a marearme como lo haces -me quedé de piedra en el sitio- primero somos muy amigos, luego no nos hablamos, después amigos de nuevo, nos acostamos, amigos con derecho a roce, de nuevo no nos hablamos en semanas, me llamas pidiendo ayuda y ahora me dices que soy un error... -mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Una verdad dicha tan directa dolía, dolía mucho.- ¿Qué es lo próximo, Thebe?
-Apolo...
-Debes de pensar que a mi no me duelen las cosas, que soy de hielo, como mis hermanos... no, no soy así, y te juro que lo he intentado, he intentado entenderte. -se llevó las manos al cabello- no esta bien lo que hice, intentar darte celos es algo muy rastrero y lo siento... -me levanté del sofá acercándome a él, pero a cada paso que daba, él se separaba.- ya no puedo más, no soy un juguete. Sé exactamente lo que valgo y me estoy dando cuenta de que tú me infravaloras mucho... no sé si es por mi edad, porque no sabes tener una relación o por simple desinterés -abrió la puerta de mi casa dispuesto a salir- Yo soy el que siente haber estado detrás de ti.
Dicho esto, salió por la puerta dejándome sola y con un golpe de realidad muy duro.
No podía moverme, tan sólo miraba la puerta de entrada cerrada ante mi.-¿Thebe? -sentí las manos de Cris en mis hombros- ¿Qué ha pasado? -al ver que no me movía, me tomó de los hombros girándome, topándose de lleno con mi rostro cubierto de lágrimas- Ay joder...
-La he cagado, Cris... -me abracé a ella buscando consuelo, buscando algo a lo que aferrarme para no caer al suelo- ya está, se acabó.
-No, Thebe... seguro que hay alguna forma de arreglarlo...
-No, no la hay. -¿imagináis una forma mejor de terminar las Navidades que completamente rotos?
APOLO HIDALGO
Dolor, resentimiento, ganas de gritar, de llorar, de pegar algo hasta extasiarme.
Eso era lo que quería.
Las lágrimas nublaban mi visión y el llanto atado en mi garganta me impedía respirar con normalidad.
Esa vez me había pasado, los dos lo habíamos hecho, pero soy un Hidalgo y también tengo mi orgullo.Entré en mi cuarto dando un portazo, escuché a Claudia llamar a la puerta preguntando si estaba bien, pero me negaba a contestar, esa vez no, quería estar solo, llorar, pensar. No quería los consejos de nadie.
Porque esa vez sería la definitiva.
Thebe Griffin, has terminado de romperme.
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𝗧𝗵𝗲𝗯𝗲 || Apolo Hidalgo
Hayran Kurgu𝘾𝙊𝙈𝙋𝙇𝙀𝙏𝘼 Ella, una estrella sin brillo. Él, el mismísimo sol. Tan iguales pero tan diferentes al mismo tiempo. Dos hermosos astros se juntan en el pequeño pueblo donde parece que el amor, las fiestas y las situaciones surrealistas son plato...