Capítulo Extra

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APOLO HIDALGO

8 Años más tarde...

Estaba nervioso, alterado, histérico. Las palmas de mis manos sudaban y el dormitorio se me hacía pequeño mientras caminaba de un lado a otro.

La ansiedad me consumía.

No recordaba haber estado tan nervioso nunca, ni siquiera en los exámenes de física del instituto.
Me llevé las uñas a la boca, mordiéndolas para tratar de calmar un poco la histeria que me dominaba. Un manotazo hizo que dejase de morderlas.

-No te muerdas las uñas, es asqueroso. -Ares se colocó a mi lado, justo frente al espejo y sonrió. Traté de devolverle la sonrisa, pero la mueca que reflejó el espejo me hizo suspirar.- Y como sigas andando vas a gastar las suelas de los zapatos.

-Estoy atacado, Ares, ¡atacado! -pasé las manos por mi cabello, a lo que mi hermano me tomó con fuerza de los hombros.

-¿Te quieres tranquilizar? ¡Sólo es una boda, Apolo!

-¿¡Una boda!? ¡No es sólo una boda! ¡Es mí boda, Ares! -Notaba cómo la bilis subía por mi garganta, manteniéndose ahí, dejando un horrible sabor amargo.

-¡Cómo si algo fuera a salir mal! -colocó de nuevo mi cabello al tiempo que Artemis entraba en la habitación.- No pasará nada, deja de emparanoiarte.

-¡Es que no sabes si algo va a salir mal! ¿Y si dice que no? ¿Y si después de casarse se arrepiente? ¡Sería el matrimonio más corto de la historia! -Ahogué un grito- ¿Y si no se presenta? Ay, no, no, no, no...

-Que suplicio de niño... -suspiró Ares.- Te toca, Artemis.

-Apolo, si sigues pensando eso va a darte un ataque. ¿No querrás que Thebe se quede sin marido tan pronto?

-¡Por supuesto que no! -me senté en el sofá junto al espejo. Mis piernas temblaban en un tic nervioso que hacía que el cuarto entero tiritase de nervios.
Artemis se arrodilló frente a mi, anudándome la corbata correctamente.

-Thebe no te va a dar plantón, Apolo. - Una vez terminó de colocarme la corbata se levantó.- Habéis sobrevivido una relación a distancia de casi 5 años viéndoos en Navidad y en verano, te ha perdonado que perdieses vuelos o que no fueras a verla a pesar de haberlo prometido, además, aceptó tu desastrosa pedida de matrimonio.

-No fue tan desastrosa.

-Sí que lo fue, hermano, sí que lo fue. -intervino Ares.

-No fue...

-Sí. -Decidí callarme, no llegaría a nada discutiendo sobre la pedida de matrimonio que organicé para Thebe. ¿Qué salió peor de lo esperado? Sí, pero no por eso fue desastrosa... creo.

-No es por meter prisa, pero quien tiene que llegar tarde es la novia, no el novio.- Ares se acercó de nuevo a mi cuando me vio paralizado de los nervios al escucharle.- Venga, afuera.

Salí de la habitación del hotel en la que estaba con pies de plomo. Sentía la garganta seca y mis manos estaban heladas, un incómodo cosquilleo se extendía poco a poco por todo mi estómago. Artemis colocó una mano en mi hombro.

-Thebe es afortunada, Apolo, no lo olvides.

No, Artemis, yo soy el afortunado.

THEBE GRIFFIN

El reflejo que me devolvía el espejo era radiante, hermoso, hubiera sido de cuento de no ser por un insignificante detalle...

Mi cara de persona que acababa de devolver hasta la primera papilla.

𝗧𝗵𝗲𝗯𝗲 || Apolo HidalgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora