Cris(is) en casa

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"Prometiste ver Saturno conmigo, ¿y cuál es mi sorpresa al entrar en tu habitación? Que no estabas."

El tono decepcionado de mi padre al pronunciar esas palabras seguía en mi cabeza, negándose a abandonarla.
Ilusa de mi pensé que por la mañana se le habría pasado, pero no, esa mañana me trató con completa indiferencia, no me dijo nada aparte de un "buenos días"... ni siquiera me había llamado estrellita, como siempre hacía.

Me hubiese gustado contarle todo lo que me sucedía, la confesión de Apolo, la declaración de Daniela, el hecho de que no había recibido noticias de Ángel ni de Cris, los problemas que tenía por la impulsividad de Raquel... todo.
Mi padre siempre fue una persona con la que tuve la confianza de contarle todo, daba igual la escala de ilegalidad que tuviera, él siempre me entendió y jamás me levantó la voz, al contrario de mi madre. Hablar con él siempre fue una via de escape crucial para mi, no solo porque me desahogaba, también porque, al igual que su abuelo, papá tenía un don para dar buenos consejos.
Cuando era niña me prometí a mi misma que jamás haría nada para causarle daño, un ser de luz como mi padre no se merecía que le desobedeciese o le tratase mal, quería ser una hija de la que se sintiera orgulloso.

Y esa noche le había fallado.

-Thebe -la voz de Joshua hizo que volviese a la realidad- ¿otra vez pensando en tu padre? -asentí con la cabeza.

-No me gustó verle así, Hutcherson... -me detuve, apoyando la espalda en la pared del pasillo- mi padre es lo más importante que tengo en este mundo. No estaba enfadado, estaba decepcionado, todo por mi culpa... -suspiré llevándome las manos al cabello. Joshua bajó la mirada al suelo, buscando palabras con las que consolarme.

-Escucha... yo en esto no te puedo ayudar, la relación que tengo con mi padre es complicada -sus ojos se encontraron con los míos- te diría que le pidieses perdón y, no sé, haz lo que te pida durante un tiempo, ya verás como se le termina pasando. -una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro, intentando animarme- él también tuvo dieciséis años, estoy convencido de que se escapó más de una vez para ir a fiestas- la sola imagen de mi padre saltando por la ventana de la vieja casa de mis abuelos para ir a una fiesta me hizo reír.

-Tienes razón -asentí, haría eso- te diría que hasta mañana, pero en realidad no sé cuándo podré salir.

-Siglo XXI -sacó su teléfono de la mochila- llámame cuando puedas, a mi también me gustan las fiestas, ¿sabes?

-Dalo por hecho -me despedí de mi amigo con un beso en la mejilla. Quería llegar a casa lo más rápido posible, no me apetecía encontrarme con nadie conocido por la calle, además, sabía que llegando pronto a casa ganaría puntos con mi padre.
Tenía unos veinte minutos de camino a pie, normalmente los hacía con Joshua o con Apolo, pero esta vez el primero tenía que hacer no se qué cosa de literatura y el segundo... bueno... el segundo evitaba cruzarse conmigo por los pasillos y, cuando lo hacía, retiraba la mirada y murmuraba un pobre "hola".

Observé con atención cómo la larga calle, que tenía que cruzar para llegar a mi casa, se iba haciendo más empinada a cada paso que daba.

Tengo que sacarme el carnet de conducir ya.

Los coches pasaban a su lado con rapidez, como si la estuvieran haciendo burla por el poco esfuerzo que les costaba a ellos.
El cuarto coche que pasó a mi lado se detuvo.

-Funeraria las flores, ¿es un muerto viviente lo que veo? -Daniela me observaba desde el interior del coche, al segundo de ver su perfecta sonrisa mi corazón comenzó a latir con fuerza en mi pecho.

-Puede que sí, el instituto termina con mis ganas de vivir -intenté aparentar normalidad, pero la realidad era que estaba a punto de darme un ataque.

𝗧𝗵𝗲𝗯𝗲 || Apolo HidalgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora