Perros, conversación y playa

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THEBE GRIFFIN

Por qué. No. Hice. Caso. A mi profesor. De educación física. Del colegio.

¿Por qué estoy en tan poca forma?
Igual todos los helados que he comido durante todo este año son los culpables.

Los ladridos detrás de nosotros se iban haciendo cada vez más fuertes, estaban cerca.
En la distancia pude ver a Ares y a Raquel, Marco pasó al lado de la segunda a una velocidad que Flash envidiaría. Dani pasó por mi lado, alentándome en mi carrera... más o menos.

-¡Corre, Thebe, corre!

-¿¡Qué te crees que hago?! -mi respiración estaba entrecortada. Ella rodó los ojos para, acto seguido, ponerse seria.

-Oye, sobre lo de hablar... -la miré atónita mientras corría, ¿era enserio?

-¿Ahora? Daniela, hemos tenido mil momentos para hablar. ¿¡Y eliges el único en el que vamos a ser devorados por perros!? -ella pareció darse cuenta de que la situación no era la mejor, pues un suave sonrojo cubrió sus mejillas.

-Vale, puede que en eso tengas un poco de razón. -me sorprendía la fluidez con la que estábamos conversando, era curioso como habíamos necesitado medio año y que unos perros nos persiguieran para entrar en razón y dialogar como personas normales.

A las malas aprendes que, en ocasiones, la mentalidad de los adolescentes es tan compleja que ni ellos mismos la entienden.

Los ladridos y gruñidos se acercaban por momentos, pero mis piernas ya no daban más de si.
Ángel pasó a nuestro lado, también a una velocidad con la que fácilmente se hubiera podido unir a los X-Men.

-¿¡Os pesan las piernas o qué!? ¡Acelerad! -nos gritó antes de pasarnos de largo.

-¡Eso hacemos, idiota! -Daniela también apretó el ritmo, alcanzándole en pocos segundos.

Tengo que hacer más ejercicio... me lo propondré como meta para el próximo año.

-¡Como me muerdan los pantalones les mato!¡Son nuevos! -suspiré al ver a Cristina adelantarme, tras de ella iba Joshua.

-¿¡Eso es lo que te preocupa ahora!? -y me pasó también de largo. Sammy y Apolo no tardaron en hacer lo mismo.

-Me niego a quedarme sin novia, llevamos demasiado poco. -Apolo me tomó de la muñeca, obligándome a correr a su ritmo. Sí, definitivamente iba a dejarme sin piernas y no precisamente de la forma que me hubiera gustado.

El cómo terminamos corriendo delante de cuatro perros rabiosos sin duda es una historia que les contaré a mis hijos. Resulta que después de que la fiesta en casa de Ares terminara, Raquel tuvo la brillante idea de querer celebrarla más, "Celebrar este momento por todo lo alto." Esa fue exactamente la expresión que utilizó.

Maldito el momento en el que la hicimos caso.

La idea original era beber en su casa, escuchar música, bailar... lo que se llama una fiesta promedio. Pero como eso era Norteamérica, la cosa no iba a quedarse ahí. Daniela, aquella a la que le iba la fiesta más que a cualquiera de nosotros, se le ocurrió la maravillosa idea de enseñarnos un "hermoso e infame lago" que había encontrado por casualidad uno de las mañanas en las que salía a correr.

De nuevo, maldito el momento en el que la hicimos caso.

Lo que nuestra querida amiga Daniela no sabía, era que ese lago NO ESTABA ABIERTO AL PÚBLICO, sino que era propiedad privada, era parte de una especie de granja o rancho... el cual estaba resguardado por perros. Unos perros muy agresivos.

𝗧𝗵𝗲𝗯𝗲 || Apolo HidalgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora