Ruptura familiar

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THEBE GRIFFIN

No era tristeza lo que sentía, tampoco enfado. No tenía ganas de llorar, tampoco de gritar, sólo quería saber qué estaba pasando.

¿Separarse? No sabía que las cosas estaban tan mal entre ellos. Sí que es verdad que mis padres nunca fueron sido una pareja que hablase demasiado, ni que saliera mucho de cita romántica, pero al final eran una pareja y, aunque poco, lo hacía.

La notificación de un mensaje sonó en mi teléfono, obligándome a sacarlo. Era un mensaje de Cris.

-Cuando sepas cualquier cosa me avisas.
-Tranquila, le diré a Raquel que te encontrabas mal y que no la encontrabas para decírselo.
-Ve tranquila, ¿de acuerdo?
-Y por cierto, díselo a Joshua, él sabrá consolarte mejor que yo.

Sonreí, se notaba la preocupación de Cristina a la legua.
Llegué a casa algo mareada, todo lo que estaba pasando era una información complicada de procesar. Llevan más de veinte años juntos, ¿por qué ahora?
El amor no muere de un día para otro.

Entré en casa, estaba en silencio como siempre, pero por alguna razón que desconozco, ese silencio se escuchaba muchísimo más solitario y sinestro que de costumbre.

-Ya he llegado. -no obtuve respuesta. Dejé el pequeño bolso en la entrada de la casa y avancé hasta el salón.

Mis padres me dedicaron una seria mirada, mi madre estaba apoyada en la mesa ataviada con un elegante vestido color crema, por el contrario, papá se encontraba sentado en el sofá con los codos apoyados en las rodillas y la cabeza entre las manos.
A paso lento entré en la estancia, sentándome en una silla justo entre ambos, les miré esperando a que dijeran algo.

-Siento que hayas tenido que irte del cumpleaños de tu amiga, Thebe. -miré a mi padre, sus azules ojos reflejaban una profunda tristeza y sus mejillas estaban brillantes, señal de que había llorado. Eso me partió el corazón, no se merecía eso.

-Es una emergencia familiar, Elnath, ya saldrá otro día. -rebatió mi madre con un tono de amargura.

-Tú también fuiste adolescente, Katie.

-Soy su madre y debe obedecer a la primera. -alzó ligeramente la voz. Después de esto el silencio vuelve a reinar en la casa, mi madre se sienta en la silla junto a ella.
Esperé paciente a que ordenasen las ideas para que me las pudieran contar, sabía que aunque quisieran separarse, era algo duro para ambos... o por lo menos para mi padre.

-¿Por qué vais a separaros? -la curiosidad me ganó una vez más al ver que ninguno de los dos decía nada. Mi padre suspiró y recogiéndose el pelo en una coleta habló.

-Mejor que te lo explique tu madre, yo sigo sin entenderlo. -observé cómo mi madre rodó los ojos.

-Thebe, hija, a veces el amor simplemente se acaba, termina, te da unos años muy bonitos y luego se desvanece sin más.

Eso no es cierto, el amor no se desvanece sin más.

-Que palabras más bonitas para decir que te vas con un tío de veinte años que conociste en el gimnasio. -Katie giró la cabeza hacia el hombre de su lado con el ceño fruncido.

¡Una mierda! ¿¡Veinte años!?

-¿Es eso cierto, mamá? -ella levantó el mentón hacia arriba, asintiendo- Pero... a ver... joder, mamá, joder, ¡podría ser tu hijo!

-¿Te crees que la importa eso? -mi padre se cruzó de brazos- no entiende que cuando su querido novio estaba naciendo, ella estaba en el tercer año de universidad... ¡Conociéndome a mi!

𝗧𝗵𝗲𝗯𝗲 || Apolo HidalgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora