26- Navidad

339 9 9
                                        

Isabella

Navidad es mi celebración favorita, sentarse todos alrededor de la mesa con nuestros juegos de mesa, esperar que papá cocine mientras mamá elige que canciones escuchar, Norman jugando con Rocco, ese labrador amaba al más pequeño de mis hermanos. La novedad este año era que más personas iban a festejar este día con nosotros, Isaac estaba de vuelta en casa, mis padres no podían creerlo de hecho mi madre estuvo una semana sin hablarle, ella estaba decepcionada de que él no hubiera confiado en ella para apoyarlo en ese momento, en cambio papá se mostraba más sereno, se alegró de verlo pero no fue cómo si fuera de gran impacto para él, eso llamó mi atención.

Isaac estaba en casa, después de tres navidades horribles, él volvía a estar con nosotros, en estas últimas semanas Nico y él habían limado sus asperezas, volvían a tratarse como antes, pero eso no es todo.

En estas semanas comencé a llevarme mejor con Santiago, y no, no hemos salido como pareja, solo compartimos tiempo juntos, vamos por helado con Lucian, vemos películas juntos, pasamos tiempo juntos y eso en verdad me agrada, esta fecha no era la excepción, Lucian quería ver a Rocco y yo no me pude resistir, por lo que Santiago y Lucian también iban a estar con nosotros, mis hermanos estaban al tanto de que nos habíamos acercado más, pero que no estábamos en una relación, los tres lo habían amenazado y eso lo sé porque él se encargó de grabar cada cosa que le dijo Nico, Norman e Isaac, ellos no dejaban de protegerme.

—¡Mamá!— exclamó Lucian cuando Rocco no le dejaba levantarse, ese perro era muy juguetón.

—¡Voy!— respondí para dejar mis actividades e ir a rescatar al pequeño.

Para mis padres era algo difícil de asumir, una pequeña personita me llamaba mamá, y a mi no me disgustaba, es más, me gustaba cuando él tomaba mi mano y me llamaba mamá y todos a mi alrededor lo escuchaban.

Sara había renunciado a la patria potestad de Lucian, ella no quería tener ningún tipo de contacto con el pequeño, y mientras otros la tildan de egoísta e inmadura, a mis ojos ella no era nada de eso, ella estaba velando por la felicidad de Lucian y reconocía que ella no podía darle eso que él necesitaba, ella no estaba siendo inmadura al dejar a Lucian, por el contrario su decisión mostraba cuan madura era, sin importar qué, ella quería lo mejor para Lucian incluso sabiendo que a su lado eso no era posible, y aunque ella no se cansaba de decir que no lo quería, fue tanto su amor que eligió lo que era mejor para el niño. Si bien nosotras no teníamos un pasado amigable, ella tenía mis respetos, no todos los días te encuentras con alguien que hace tal cosa por su pequeño.

—Todavía no me acostumbro— escuché la voz de Nico.

—Creéme que nunca lo vas a hacer— respondió Santiago.

—¿No?— preguntó mi mellizo, vi que el ojiverde negaba.

—Cada vez que le dice mamá es diferente—suspiró— ella es especial— completó y mi corazón comenzó a latir más rápido, como si eso fuera posible.

—¿Te das cuenta que es una gran responsabilidad?—escuché la voz de mi padre y asentí.

—Sé que él me ve así— miré al pequeño que había robado mi corazón —y eso no me afecta, incluso cuando sé que no tengo ningún tipo de derecho sobre él— sonreí.

—Mamá, voy con papá—formuló muy bien la oración Lucian y asentí.

—Ese niño no es tu hijo Isabella— añadió mi padre en cuanto Lucian se iba con su padre.

—¿La sangre dictamina eso papá?— le pregunté —Aunque no tengo su sangre, no tiene mi color de ojos y mucho menos mi carácter, para él soy su madre—terminé la conversación.

¿Perdón?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora