La Paliza

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-Sera mejor que le entreguemos el vestido a los ladrones.-comento Octavia.-Si eso es lo que quieren... así se irán ¿no?

-Yo puedo entregarlo.-me ofrecí como voluntaria y ambas me observaron.-¿Que?

-Dime una cosa....-comenzó Lexa con mirada acusadora.-¿Que hacías en el cubículo donde, precisamente yo estaba poniéndome ese vestido?

-Pues...-En un rápido y ágil movimiento, arrebaté la prenda que llevaba sobre el brazo la morena.-¡Adiós, fue un placer!.-respondí a los gritos e insultos fúricos de Lexa mientras corría con el vestido en brazos.

Corrí hacia el punto de reunión con Anya, la cual se encontraba apoyada sobre uno de los muros examinando el área. 

-¡¡Por fin!!.-tomó el vestido y lo guardo en el bolso deportivo negro.

Anya era una de mis compañeras de "trabajo" prefería no llevar mascaras, decía que no era una cobarde... Como cierta persona.

-Los hombres del Ruso rodean el lugar, Anya, y hay rehenes en la sala principal

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-Los hombres del Ruso rodean el lugar, Anya, y hay rehenes en la sala principal.-le avise con algo cargado en la voz que ella pudo identificar al instante. Bufó y respondió.

-Griffin al rescate. ¡Muévete, y te juro que si nos atrapan te mato!.

-¡¡Cool!!

Corrimos hacia la azotea y dejamos el bolso a salvo. Nos adentrábamos hacia la sala cuando, en el lateral de la sala unos tres hombres se abalanzaron contra nosotras.

Anya logro noquear a uno de una patada y al otro lo pude inmovilizar contra una vidriera con accesorios de lo ultimo en modas.

Al tercer tipo se le sumaron cuatro mas y compartimos una rápida mirada.

-Yo derecha.-Exclame explayándome contra un tipo con arma de fuego. Anya logró controlar fácilmente a dos que intentaron agarrarla por los hombros, propinándoles patadas a diestra y siniestra.

A mi en cambio, me toco la parte mas difícil porque. Uno de los tres hombres que me toco sujetó mi cabeza y la estrelló contra la puerta de la entrada a las pasarelas. Otro hombre fornido me agarro de la polera y me lanzó lejos. Una amable vidriera de mas joyas de moda, amortiguo mi caída y mientras los fuertes centellares de vidrios caían sobre mi, se me dificultó mirar hacia donde había quedado el tipo.

No fue muy difícil distinguirlo ya que volvió a sujetarme por la manga como a una muñeca de trapo y volvió a lanzarme escaleras abajo.

Doloroso, y mucho.

A este punto había perdido la sincronizacion con Anya y desconocía su paradero.

-¿Eso es todo lo que tienes, simio?.-jadee en busca de aire entre la mascara, adolorida. Intente levantarme, pero había aterrizado tanto sobre la pierna, que ya no me respondió.-Ush, estúpida Costra...

Opte por la ultima opción fiable que me quedaba. Me incorpore en el suelo para observar a un tipo frente a mi con un arma apuntando a mi rostro.

-Yo también tengo una.-levante el arma que usaba normalmente mientras lo observaba con un solo ojo apuntando hacia su rostro desde el suelo, con las pulsaciones aceleradas, porque mi arma era de texas pero la suya muy de verdad.

La Delincuente PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora