-Y por si fuera poco, Echo está más insoportable que nunca.
-¿Cuándo ha sido diferente?-Sonreí con la vista aún fija en el gran paisaje verde que se extendía ante nosotras.
Habían pasado varios días y las cosas continuaban tan normales como siempre, una verdadera pesadilla, porque eso conllevaba a que hiciera todo lo que Miles me ordenara.
-No recuerdo que fuera tan irritante.
-Indiferentemente de su locura sabes que siempre has sido blanco de sus ataques salvajes.-la miré resignadamente.
-Lidiar con su mal humor me pone de mal humor y terminamos peleando cada cinco minutos.
-¿Y lo diferente? Sabes que te tiene manía desde que te vio entrar por la puerta la primera vez en la congregación.-Anya sorbió la cerveza que sujetaba y desvió la mirada.-Ha pasado un año ya de eso... Y evidentemente sigues siendo tan tonta como siempre.-Frunci el ceño y la empujé levemente, haciendo que tirara un chorro de cerveza en la hierva.-¡Oye!
-¿A qué ha venido eso?
-Por dios Clarke... Echo esta loca por ti y ni siquiera te das cuenta.-Lo dijo así sin inmutarse, como si no acabara de decir la tontería más grande, como quien revela la información más obvia del mundo. No pude evitar reírme en su cara, la carcajada resonó en el solitario lugar y provocó un ataque de tos que casi me hace asfixiar.
-Si... Si sigues haciendo ese tipo de chistes vas a matarme un dia de éstos...-Le dije entre risas mientras me secaba los ojos con el dorso de la mano.
-Eres idiota, por eso no te das cuenta.-Murmuro encogiéndose de hombros.
Ah ¿Es que acaso hablaba en serio?
-¿Va en serio?-La miré ceñuda y desorientada.
-Olvidalo Clarke.-Volteo los ojos.
-Anya, no se si no tienes ojos u oídos pero Echo me odia, me aborrece, me detesta, me...
-Suena a que esta completamente loca por tí.
-Aqui la unica loca eres tú.-Bufe mientras me incorporaba.
¿Echo loca por mi? Si claro, y yo enamorada de Murphy. Loca claro que estaba ¿Pero por mi? Pfff. Es que era de ver y no creer.
-La cerveza te está afectando... Será mejor que me vaya antes de que comiences a convulsionar o algo.
-Como digas Griffin, pero ésa chica quiere contigo.
-Lo único que quiere es matarme.
-De besos...-Voltee los ojos ante su estúpida insistencia.-De acuerdo, si no quieres aceptarlo está bien.-Alzo las manos en modo de rendición y la miré con una ceja alzada.-Tal vez termines por aceptarlo y capaz y hasta le das una oportunidad.
-Definitivamente esa cerveza si que estaba caducada.
No pensé que hubiese algo más absurdo que el hecho de que Echo se sintiera atraída "por mí" cosa que no pasaba, sino el que Anya creyera que fuera capaz de ver a otra persona diferente. Después de Lexa me era imposible, indiscutible, inimaginable poner los ojos en otra persona.
Lexa era la única persona que quería tener en mi mente y en mi corazón, me estaba haciendo a la idea de aceptar que ella si haría su vida en algún momento, de que alguien se acercaría a ella con buenas intenciones y de que Lexa le diría que si, porque no estaba obligada a esperarme. No quería que me esperara, porque esperarme sería suponer que lloviera a mitad del verano, o de que el sol resplandeciera a mitad del invierno.
Yo en cambio, había aceptado mi destino, un destino que estaba escrito en el momento en el que vi aquellos ojos verdes, sabía que estaba condenada a verla ser feliz de lejos, Lexa sería feliz si, pero no por mí.
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La Delincuente Perfecta
RandomA los 19 años de edad, Lexa Woods, hija de reconocidos padres en el mundo de la moda, y dueña de sobresalientes en la facultad de Derecho. Se verá envuelta en una escalofriante situación. Y es que la aparición de cierta rubia la hará conocer lo mas...