Quiero Que Quieras Que Te Espere

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Irritada, malhumorada, disgustada ¡Indignada!. 

Todos los sinónimos habidos y por haber de "Molesta" porque aquella individua, había desgastado descaradamente las facciones de Lexa. 

Mi Lexa.

-¡No puedo creer que se pasara la hora de almuerzo seduciendo a Lexa!.-Lo que sentía dentro no se comparaba con la forma en que desmenuzaba aquellas pobres papas de bolsa.

-No seas exagerada, solo le pregunto la hora, Clarke.-Lincoln yacía junto a mi en aquélla banca universitaria.

El gran sol abrasaba la verde grama del campus, y algunos chicos habían decidido poner de moda aquellas blusas de tirantes súper ajustadas. Por lo que Lexa lucia una preciosa blusa color verde, resaltando sus preciosas esmeraldas aun mas.

La morena estaba ganándose más miradas de las que estaba acostumbrada a recibir, y eso era ya decir demasiado.

 La ojiverde había decidido realizar un anuncio importante en el mercado de la estética, por lo que su precioso rostro se veía expuesto en la mayoría de carteles de la ciudad.

Perfecto, ahora no solo tenia que alejarse de ella sino también aguantar a sus "admiradores". Porque aquella chica había estado comiéndose el escote de la morena con los ojos mucho mas que descaradamente.

-Ademas, que más te da si tu misma fuiste la que puso distancia.-Lincoln a veces podía ser tan imbécil como idiota.

-Lo dices como si yo estuviera de acuerdo con separarme de ella.-Lo observé frunciendo el ceño ¿Es que nadie se ponía de mi lado por una vez?

-Clarke, no seas ridícula.-Espetó mirándome con toda la cara del mundo.

-¿Perdona?

-Que eres una ridícula.-Repitió como si no valorara su triste vida.

-Pensé haber oído bien la primera vez, solo que no creí que fueras lo suficientemente estúpido como para repetirlo.

-Puedes partirme un hueso de nuevo si te da la gana, pero eso no quita que estés siendo absurda al querer alejar a Lexa de ti.-Resolvió con calma, allí sin inmutarse y paseando la vista entre los estudiantes acalorados. 

-Entonces en tu mente de retrasado mental piensas que esta bien exponer a Lexa de esa forma, sabiendo que es parte de una familia importante y millonaria, capaz de pagar una fortuna por su única y preciada hija.-Resumí aquel pensamiento de mierda.

-Te enfrascas mucho en tu punto de vista Clarke, pero no eres una delincuente, digas lo que digas nunca has estado involucrada en situaciones de las que no hayas podido justificar.-Lincoln me observo como cuando quería objetar sin tonterías de por medio.-Tal vez aquel robo en el autobús pero no has hecho o cometido un acto que conlleve una gran pena ante las autoridades. 

Voltee los ojos al escucharlo, eso no cambiaba absolutamente nada.

-Entonces por no ser una asesina ya puedo aceptar que se involucre con alguien como yo ¿Verdad?-Bufe ante aquel absurdo pensamiento.

-Entiendo que no te sientas suficiente para estar con ella, créeme que lo entiendo perfectamente, lo entiendo muy bien, pero qué digo, más que bi...

-Cierra la boca si no quieres quedarte sin herederos.-Lo corté.

-El caso es, mi queridísima Clarkie.-Puse los ojos en blanco, odiaba aquél mote, y lo sabía.-Que no importa lo que piensas que te impide estar con ella, no mientras ambas quieran estar juntas...

-El cariño no es suficiente para mantener una relación, lo sabes.

-El cariño, interesante... ¿Solo eso sientes por Lexa? ¿cariño?-Preguntó escrutando mi mirada y tuve que desviarla antes de contestar.

La Delincuente PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora