Indirectas

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-¡Por favor! ¡Por favor, Clarke!.-Raven se encontraba frente a la barra con las palmas juntas bajo la barbilla, mirándome con aquellos ojos de chocolate.-Quédate con nosotros esta noche, van a venir los chicos del instituto, apuesto a que la gran mayoría solo por ti.

-No Raven, no debiste decirles que vendría también.-Me queje mientras me cruzaba de brazos en la silla.-No estoy dispuesta a lidiar con las hormonas alborotadas de pre-adolescentes...

-Esos chicos son mayores que tu, no seas aguafiestas.

Voltee los ojos y me dispuse a bajarme del asiento, pero la pierna flaqueo y por poco caigo al piso.

-No deberías estar aquí si aun no estas completamente bien.-Lexa se había materializado sujetándome del brazo antes de tropezar. Y me observaba con gesto preocupado.

-Gracias...-conteste mientras volvía a tomar asiento.

-Hola, soy Raven.-ésta tendió una mano hacia la morena y Lexa le devolvió el saludo.

-No pensé que vinieras. Sabía que estabas indispuesta...-Comentó observándome discretamente.

-Te vi en la enfermería, pero...

-Ehh si yo, me olvide de algo, por eso no me dio tiempo de... ya sabes....-Parecía costarle explicarse, por lo que le sostuve la mano con la que gesticulaba rápidamente. 

-Tranquila, no tienes que explicarme.-le sonreí mientras la tranquilizaba, Lexa observó nuestras manos y luego me miro a los ojos con un repentino rubor en las mejillas.

-Ehh... Voy a ver si la cochina puso.-aviso Raven mientras se perdía al otro lado de la barra mientras le soltaba la mano a la morena.

-Hey Lex, ¿No me presentas a tu amiga?.-Ughh no podía ser cierto...¿en serio?, ¿él? Hice un gran esfuerzo para no taclearlo contra la barra, y era uno muy grande.

-Bellamy....-casi bufó Lexa con fastidio.-Ella es Griffin, Griffin, el es Bellamy.-nos presentó sin una pizca de entusiasmo y con un descuidado gesto con la mano.

-Un placer...-murmuro tomando mi mano y dejando un breve beso en ella. Me costo un mundo y el otro no hacerle una maniobra de las mías.

Idiota...

-¿No te unes a nuestro grupo?.-Intentó animarme Bellamy con media sonrisa.

-No, de hecho ya me iba... Adiós Lexa.-bajé del asiento cuidadosamente bajo la atenta mirada de Lexa, quien por cierto no me había devuelto la despedida y rápidamente me alejé.

Al pasar entre las personas aglomeradas en la entrada, sentí una cálida mano tomando la mía y me gire, por poco le hago una llave de judo a Lexa, afortunadamente voltee antes de torcer su brazo.

-Ehh...-Me sorprendió ver que la morena me guiaba hacia una de las esquinas del lugar mas alejadas de las personas.

-Lo siento, probablemente pienses que estoy loca o que padezco alguna enfermedad nerviosa, pero.-comenzó a hablar tan deprisa que tuve que prestar atención para entender sus palabras.-Yo... 

-Lexa, ¿Que haces aquí?.-Me costo varios segundos distinguirle el rostro a la Ostra. La cual me observó con la misma cara que haces cuando te fijas que a tu café le cayo una mosca.

-Costia...-Exclamo la morena sorprendida. No había que ser demasiado inteligente para adivinar que entre ambas había o pasaba algo.

-No puedo creer que te estés viendo con ella.-espeto la Costra con un vaso de whisky en la mano.

Si me hubiesen dicho que el rostro de Lexa podía estar aun mas sonrojado, habría contestado que era imposible.

-No estamos saliendo.-Lexa lo dijo mientras me observaba y no sabia a cual de las dos se estaba dirigiendo.

La Delincuente PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora