Las gradas se convirtieron en el principal entretenimiento de los chicos a la hora del entrenamiento del equipo visitante. Luna había asistido a las pruebas para ingresar al equipo del instituto y afortunadamente para ella, quedo. Ahora podía "mirarle las nalgas a Reyes, Lexa" por lo que nuestro grupo se encontraba reunido en el mismo lugar haciéndole porras, bueno Nathan parecía prestarle mas atención a las porristas.
-¿Crees que Griffin venga a entrenar hoy? ¡dicen que las chicas de su equipo van a estar rondando por aquí estos días de temporada!.-escuche una pequeña conversación que mantenían dos chicas en frente de nuestros asientos.
Genial, no solo me gustaba una rubia super popular y hermosa, sino que también poseía un gran club de fans.
-¡Mirala, esa franela le queda de muerte!.-grito una de las chicas de la fila de atrás.
Me volví como un resorte al ubicar a Griffin entrar al campo, hubieron varios murmullos entre el publico. Genial, se podía decir que la rubia era una especie de celebridad.
La rubia se dirigió hacia fuera del campo, aun cojeaba y en las gradas se hicieron presentes abucheos cuando el partido comenzó sin la rubia.
Genial.
El transcurso del entrenamiento fue aburrido y absurdo... Bostece tres veces y ni siquiera Costia estaba presente.
Al final decidí retirarme disculpándome con los chicos, camine tras las gradas, recordando el momento cuando encontré a Costia y Michel allí. Habían pasado dos años desde que terminamos nuestra relación de cara al publico.
Aun dolía verla con Michel, dolía verla como si nada, como si no hubiese roto mi corazón. Y lo peor no era que aun me llamara, sino que le contestara y saliera con ella a escondidas de su ahora novia oficial... Es que me había convertido en la otra de un momento a otro.
-Oye, ¿Estas bien?.-Griffin me observaba con una mirada preocupada y no entendí hasta que note las lagrimas que escurrían mis ojos.
-Ehh... Si, lo siento.-Me disculpe rápidamente secando mis ojos.
-¿Por que te disculpas?.-se acerco con un pañuelo y un gesto en el rostro que me pareció el mas adorable del mundo.
-No... No lo se.-tartamudee aceptando su pañuelo.-Gracias.
Había discutido tantas veces con Costia, que siempre me echaba en cara que llorara. Decía que al hacerlo, la manipulaba para que sintiera pena, por lo que me sentía en la necesidad de pedir disculpas cuando lloraba, no lo hacia con esa intención.
-No hay de que...-Sonrió de medio lado, comenzaba a ser adicta a aquella sonrisa. No me cansaba de observar la forma en que se moldeaban sus facciones a esa sonrisa.
Un gran sentimiento de valentía sacudió mi cuerpo, de repente podía sentirme un poquito mas segura al lado de la rubia. Tenia esa aura, aproveche esa pequeña ráfaga de seguridad y trate de decir lo que pensaba desde el día en que la vi, en voz alta.
ESTÁS LEYENDO
La Delincuente Perfecta
RandomA los 19 años de edad, Lexa Woods, hija de reconocidos padres en el mundo de la moda, y dueña de sobresalientes en la facultad de Derecho. Se verá envuelta en una escalofriante situación. Y es que la aparición de cierta rubia la hará conocer lo mas...