El Museo

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Despues de aquél escueto pero cortés "No muchas gracias, tal vez tenga suerte y de aquí a la avenida no me secuestren" de Lexa, se había pasado el resto de los partidos ausente. Tenia la sensación de que se debía a mí, qué raro.

- Deberías hablar con ella, Clarke.- Comentaba Raven mientras me robaba descaradamente las papas de la bolsa distraídamente.-Esa chica es especial.

-¿Qué sabes tu de Lexa Woods?-Interrogué con el ceño fruncido.-Lo único que sabemos es que trae babeando a su ex.

-¿La has visto? Esa tal Costra está buenísima, algo debe de tener de especial para que la traiga besándole las patas.-Raven sacó una cantidad excesiva según yo, de papas y se atragantó al meterlas por montón en su boca.

-Seguramente no dice "patas" ni mucho menos se traga la comida como animal.- Alejé la bolsa de sus garras y nos dedicamos a observar los pases de las jugadoras de fútbol. Aquel deporte se nos daba de muerte también.

-Reyes, Griffin.- Saludó una chica pelirroja y muy bronceada. En mi vida la habia visto pero era muy simpática. Mantenía su vista fija en Raven.- Qué sorpresa encontrarlas aquí, normalmente nos entretienen desde el campo.

Nos entretienen desde el campo. No pues gracias, mi gozo en un pozo.

-Nos gusta observar los entrenamientos del equipo de fut.- Respondió Raven desde el asiento en las gradas que decidimos escoger, cerca del campo.

-Es agradable verte, de cualquier forma.-levante las cejas y dirigí la vista hacia los calentamientos de las jugadoras.

Pésima costumbre de las admiradoras de Raven, flirtear cuando hay gente con estómago débil en medio.

-Y eso que no la has visto devorándose éstas.-Alce la bolsa de papas con la vista aún al frente. Raven se rió con un "si sigues hablando te mueres" muy bien escondido y se incorporó subiendo un par de asientos en las gradas para quedar a solas con la pelirroja. Claro, pegandome un sape con disimulo.

Observando y con una papa a medio comer, reconocí a la novia de Lexa besar a una de las jugadoras que entrenaban. Los ojos se me salieron de las órbitas y exclamé un "De ninguna manera" con la boca llena al ver aquella escena.

-¡Que hija de pu...!

-¡Clarke! ¿Puedes creer que esa chica acaba de pedir mi número?.- Raven volvió a ocupar el asiento con demasiado entusiasmo a mi lado.

-Emm No ¿Tu si?.- Realmente me pareció super extraño. Intentó protestar pero recordé que tenía un buen drama antes de que llegara haciendo preguntas absurdas.-Acabo de ver a la novia/ex de Lexa besando a la chica Spear, la número 16.

-Clarke, mantienen una relación abierta desde hace siglos. No sé cómo es que una diosa como Lexa se fijó en tí.-espeto mientras olia el papel que intercambió con la pelirroja.

-Eres rara, rara y chismosa ¿Como es que sabias eso?

-Luna Jones, flirtea conmigo y se le va la lengua a veces.

-Solo para el chisme, quiero pensar...-me incorporé colgando el bolso deportivo a un lado.-Debo irme, Anya me espera.

-Ya te dije que no quiero saber se tus andanzas shu. Ah y dile que me debe una ronda en el Pub.

Dejé a Raven en las gradas olfateando el numero de la chica y salí rápidamente de las áreas deportivas de aquel campus. Las instalaciones eran muy increíbles, no se podía esperar lo contrario de los ricachones de la zona.

Doblando uno de los edificios de las duchas, tropecé con una chica atractiva y morena. Casi la confundí con Lexa, sólo que en vez de verdes, sus ojos eran de un fuerte color caramelo.

La Delincuente PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora