-De verdad lo lamento tanto.-La mirada de Lexa se hizo aun mas afligida bajo la plateada luz de la luna.
El lago ubicado en lo más recóndito del gran parque se había convertido en uno de nuestros lugares favoritos a la hora de recuperar tiempo perdido.
-No tienes qué, es tu trabajo asistir a esas reuniones de fotografía.-La tranquilice tomando una de sus manos.
La realidad era que, cada vez que intentábamos mantener cierto tiempo para nosotras, a Taylor su compañera de modelaje, se le ocurría acaparar casi toda la atención de Lexa con sus llamadas telefónicas. Sinceramente la tal Taylor me sacaba de mis casillas, pero eso evidentemente no iba a confesárselo a Lexa. Por lo que me dedique a contemplar la forma en que se acurruco junto a mi en el banco.
-Eres demasiado comprensiva y no lo merezco.-Murmuro contra mi cuello y no pude evitar reír ante su tono lastimero. Sentí los labios de Lexa curvarse en una sonrisa sobre mi cuello en respuesta a mi reacción y una corriente eléctrica sacudió mi sistema nervioso.
-Cierto... Deberías premiarme o algo.-Bromee dándole un pequeño empujón en el hombro, se alejo para observarme durante algunos minutos y repase el color de sus ojos con los míos.
-Clarke...-Lexa pronuncio mi nombre para llamar mi atención a pesar de que continuaba desgastandole las facciones. Iba a preguntar ¿Que? pero sus labios se estamparon contra los míos de un momento a otro y me inhabilitaron la estructuración de palabras.
Lexa me sujetó un poco mas fuerte de la nuca mientras moldeaba mis labios con los suyos. Nuestras sesiones de besos habían incrementado desde que pasábamos tiempo sin vernos, por lo que Lexa estaba sumamente inmersa entre mis labios y últimamente los besos no parecían estar siendo suficientes para ella, ni para mi tampoco.
-Lexa, estamos en un lugar publico.-Le recordé. En serio, ¿cuando me había convertido en una aguafiestas?.
-Vamonos a uno privado entonces.-Murmuro contra mis labios casi sin dejar de besarme. Madre de dios.
Minutos después, permanecíamos dentro del auto de Lexa. La morena se había negado a abandonar mi boca en un momento cercano y parecía cómoda sobre mi entre los asientos traseros.
Sus labios viajaron rápidamente hasta mi cuello y la aleje de un suave empujón al sentir como succionaba la piel de aquella zona.
-¡Lexa!.-La regañé, al notar que acababa de hacerme un chupeton de los grandes.-Tendré que utilizar camisas de cuello por tu culpa.
-Esas camisas te quedan de muerte.-Susurro guiando sus besos a mi mejilla, luego mi parpado y por ultimo mi nariz.-Adoro cada facción de tu rostro, eres tan atractiva... Los fotógrafos de la marca estarían honrados de que fueras tu la modelo.
-Si no paras lograras que me sonroje de verdad.-La observe durante unos minutos cambiar su expresión por una un poco mas seria.
-Clarke.-volvió aquel gesto que utilizo en el lago.-No hemos hablado de... ya sabes.
-¿Que es "ya sabes"?-me hice la tonta mientras intentaba ralentizar los latidos que sentía repentinamente desbocados.
-No seas idiota.-Sonrió besándome fugazmente.-No has querido contarme sobre tu vida sentimental antes de mi.
-Es que no hay mucho que contar.-Y era vedad, porque no podía recordar algo medianamente importante antes de conocer a aquella chica en un autobús.
-Tiene que haber algo... Dime ¿Eres virgen?-Lexa adopto una expresión sigilosa mientras pronunciaba la pregunta.
-¿Tu que crees?-La pique con media sonrisa y la observé con atención.
-¿Sería ingenuo de mi parte creer que si?-Pregunto con cierto toque de esperanza en la voz.
ESTÁS LEYENDO
La Delincuente Perfecta
RandomA los 19 años de edad, Lexa Woods, hija de reconocidos padres en el mundo de la moda, y dueña de sobresalientes en la facultad de Derecho. Se verá envuelta en una escalofriante situación. Y es que la aparición de cierta rubia la hará conocer lo mas...