-¿No crees que estas exagerando un poco, Lexa?.-Octavia me pisaba los talones y seguía insistiendo en volver a las gradas.
-¿Exagerando? ¡Pensé que también viste la forma en que la tiraron al suelo!.
-Fue solo un empujón. No te vi igual de preocupada cuando tu noviecita casi le parte el hueso de la pierna.-Logró acelerar el paso deteniéndose junto a mi.
-Costia no es mi "noviecita" y eso es falso, en su momento también me preocupé por Griffin. Simplemente me di cuenta de que tenia otro tipo de personas preocupadas por ella...-Deje salir y hasta yo pude notar esa nota de reproche. ¡Es que Finn Collins, por el amor de dios!
-Como sea, me parece completamente innecesa...-Al bajar hacia los bancos de los jugadores, Octavia y yo nos percatamos de la presencia de una segunda rubia. Rubia la cual mantenía su mano firmemente sujeta a la pierna de mí Clar... de Clarke.
-¡Lexa!.-Clarke yacía acostada en una de las bancas mientras flexibilizaba la pierna. Parecía tratar de no sonreír.-Que sorpresa...
-Ya viste que tu rubia se encuentra perfectamente bien ahora, vamos.-Octavia trato de guiarme de nuevo hacia las gradas pero la detuve.
-No, yo me quedo.-aparté a Octavia de mi camino sentándome junto a Clarke en la banca, ésto sin quitarle los ojos de encima a la que le manoseaba la pierna.
-Tienes que guardar reposo Clarke, me preocupa el sobreuso al que expones tu pierna, si sigues jugando puedes arriesgarte a que empeore y sean mucho mas graves los riesgos.-la flacuchenta tenia su punto, tampoco me parecía bien que Clarke no tomara reposo. Al parecer no sólo en eso coincidíamos, ya que a parte de inspeccionar su pierna, no apartaba los ojos de los azules de Clarke.
Me encontré detallando el rostro de la chica mientras inevitablemente trataba de conseguir alguna pizca de interés de parte de Clarke.
Tal vez le iban mas las rubias que las morenas.
Pero afortunadamente en su rostro no había, o por lo menos aparentemente, no lo mostraba. El que Clarke se sintiese atraída por otra chica impactó rápidamente en mi pecho, un sentimiento terriblemente dolido y triste se alojó dentro de mí.
Clarke se incorporo y observó a la chica amablemente.
-Muchas gracias Nylah.-estiró su mano y sujetó la de la otra chica.-un placer, realmente espero puedas aprender de la Srta Lissa.-La aludida le sonrió de vuelta con amabilidad de sobra, si me lo preguntas.-Ah que distraída, ella es Lexa, una amiga y ella es ¿Octavia, cierto?
Una amiga.
-Si, mucho gusto.-Octavia saludo a la tal Nylah.
-Un placer, deberían obligarla a que no juegue con una pierna lesionada.
-Está bien, tampoco es que seamos tan cercanas...-El comentario de Clarke hizo que automáticamente mi vista se volviera hacia ella con el ceño completamente fruncido. Octavia notó la expresión en mi rostro y rápidamente se despidió, dejándonos a las tres en el banco.
Chica lista.
-Me alegra haber coincidido contigo Clarke, hasta luego Alexa.
-Lexa.-corregí seriamente observando a Clarke.
Nylah abandonó el campo y Clarke rápidamente me inspecciono con la mirada.
-¿Estas bien? te noto rara.-Tenia la desfachatez de preguntar. Es que si no fuese por ese azul...
-No sabía que no eramos "cercanas".-no evité la diplomacia y fui directo al grano.
-Pues...porque no lo somos, Lexa.-Su carita de yo no fui provoco que la mirase de forma interrogante. Sonrió de medio lado confundida.-Apuesto a que mi nombre lo sabes solo porque mi uniforme me delata.
Desconocía la expresión de mi rostro pero fuese cual fuese, la instó a seguir explicándose y dejárme como estúpida.
-Y eso está bien, no me malinterpretes.-siguió observando mi expresión y continuó.-Normalmente cuando se empieza una amistad lo mas esencial es...
-Sal conmigo.-automáticamente, sentí las mejillas arder.
Clarke si tenia razón, yo no conocía nada mas que su nombre. Ella desconocía mi interés por saberlo todo, por lo que había supuesto que eramos mucho más cercanas de lo que realmente eramos. Tragué saliva esperando en lo que, parecía ser la pausa mas larga de mi vida.
¡¡¡Piiiiii!!!
-¡Griffin muchas visitas por hoy, a la cancha!.-La entrenadora instó a salir a Clarke pero ésta permaneció abriendo y cerrando la boca, buscando una respuesta a mi repentina invitación.
¡¡¡Piiiiii!!!
-¡Ya voy, Dolores!-Clarke exclamó hacia el frustrante pito.-Yo...
-Puedes contestarme luego, aunque no deberías salir con la pierna en ese estado.-murmuré rápidamente observando cómo se acercaban a ella para sacarla del banquillo.
-¡Clarke, vamos!.-Esta vez Raven la tomó del brazo alejándola de mi sin una respuesta.
Las horas siguientes, las pasé pidiéndole a todos los santos que la respuesta de la rubia fuera la que yo esperaba.
El partido finalizo con unos cuantos puntos a favor de los Yorkshire, el equipo visitante. bajé casi corriendo de las gradas hacia la zona de las duchas y me encontré con varias chicas saliendo del edificio. Me alce de puntillas para encontrar a la que aceleraba mi corazón y con el cabello húmedo y aquel uniforme, casi lo volatizó.
Pasaba bastante tiempo colocándole la denominación adecuada a los nervios en mi estomago al ver a Clarke, las mariposas no podían revolucionar de esa manera el sistema nervioso, tal vez elefantes era la calificación correcta.
Una sonrisa mas que tonta se poso en mis labios y la observé mientras se acercaba con el bolso deportivo colgado a un lado del hombro. La alta temperatura del agua le había enrojecido las mejillas.
-Hey.-Casi pude escuchar una alarma interna poner en guardia mi corazón al ver el comienzo de la gran sonrisa de Clarke. No podía estar tan ilusionada por alguien en quien a penas solo le conocía "el nombre porque el uniforme me delata, Lexa"
-¿Quieres ir a otro lado para que hablemos?.-Pregunté sujetando fuertemente las asaz del bolso.
-Claro, ven.-Clarke tomó rápidamente mi mano y me guió hacia el lugar menos esperado.
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La Delincuente Perfecta
AléatoireA los 19 años de edad, Lexa Woods, hija de reconocidos padres en el mundo de la moda, y dueña de sobresalientes en la facultad de Derecho. Se verá envuelta en una escalofriante situación. Y es que la aparición de cierta rubia la hará conocer lo mas...