"Verdaderamente atractiva", La "rubia sexy" "oye ¿ya viste a la jugadora estrella que nos robo la victoria en el partido de la mañana?" "Realmente espero que este buscando una beca aquí, sino te juro que el resto del verano sera una decepción"
Esos y mas eran los comentarios que podían escucharse sobre el bullicio de la cafetería, bandejas y cubiertos, ahora sumándoseles adolescentes con hormonas alborotadas... Lo peor de todo, era que esos comentarios se habían repetido todos, uno por uno, en mi cabeza al ver aparecer aquella chica tan jodidamente atractiva a mitad de la cancha.
¡Y de cerca era aun mas intimidante!
-¿Lex..?-las miradas de los chicos se posaban sobre mi a la vez, aparentemente esperando algo.
-¿eh?
-estas muy distraída esta mañana...-dejo caer Nathan con toda la intención del mundo.-Tal vez cierta rubia haya estado jugando rudo con la pelota en tu cabeza.-las carcajadas se hicieron presentes y mi cara no podía estar mas roja, ¡que pésimo momento para ser honesta, Lexa!
-Tal vez todavía se sigue prestando voluntaria para acompañarla a la enfermería...- fue el turno de Luna de ser imbécil.
-Cierren la boca, lo dicen como si ustedes no la hubiesen visto jugar.-intente debatir entre mejillas sonrojadas y gestos como quien no quiere la cosa.-Ademas, no es tan atractiva de cerca.
Nunca me había sentido tan mentirosa y rastrera, pero debía salvar mi dignidad a toda costa.
-Eso no es cierto, algunos chicos dijeron que se encontraron a la enfermera abanicándose el rostro mientras le inspeccionaba la pierna.-debatió Harper, alias la inoportuna.
Y es que por supuesto que era mucha verdad, si hasta casi me falto ventilarme el rostro cuando la vi recostada a la camilla con aquella pose de modelo, convirtiendo una cutre camilla de enfermería en el escenario perfecto para un photoshop.
No podía imaginar tocarle el muslo a aquella chica sin poder abanicarse el cuerpo entero. De repente sentí un poco de pena por la enfermera Lissa... no debió de ser fácil.
-En otras noticias, la jugadora Walton, casi le fractura la pierna solo por ser no solo mas guapa, sino mucho mejor que ella en el kikimbol.-comentó Octavia con toda la mala intención que pudo.
-Fue un accidente, Octavia.-inevitablemente la tuve que defender, ¡Es que realmente había sido un accidente!.-Ademas, si la chica Griffin, no presentó quejas ¿por que lo vas a hacer tu?.-trate de no pronunciar su apellido como una adolescente hablando sobre su Crush.
-Evidentemente esa chica si tiene educación y prefiere no armar un problema, pero todos y hasta la entrenadora de su equipo estaban muy molestos con la situación.-debatió Octavia.
-Como sea, no tengo tiempo de prestar atención a problemas de equipos de kikimbol.-espete, para salir del paso.- mañana en la tarde es el desfile de modas y necesito prepararme.
Normalmente mis padres elegían sus obras mas costosas y esperadas para que las modelase. Un importante trabajo que pesaba sobre mis hombros desde los quince.
xxx
-No me gusta para nada esto, Clarke.-ya era la tercera o cuarta vez que Raven lo comentaba en lo que iba del día.
Se encontraba tras el bar, con una vaso en una mano y un trapo en la otra, con cara de gran e insultante preocupación.
-No es la primera vez que me involucro con esta gente, Rav.-comenté terminandome los últimos trululus de la bolsa.-A parte, ¿Que tan difícil puede ser robar un diseño de ropa? Pff, o mejor dicho, ¿Quien querría robar un diseño de ropa?.-medité
-¿A quien le importa? deberías dejar de hacerlo Clarke, por favor...
Iba a comenzar con la charla moral, por lo que baje del asiento y salí del pub con prisa hacia el lugar de reunión. No podía perder tiempo en charlas sin sentido. Raven continuo su charla a gritos mientras me observaba salir del lugar.
La reunión había tenido lugar en el callejón donde normalmente me encontraba con la gente de "el chacal", ahora armados desde el ultimo acontecimiento por culpa del cobarde de Jasper.
Me encontraba en el lugar indicado mientras observaba entretenida a las modelos de la pasarela. Normalmente conseguía hacer el trabajo en un tiempo muy breve y de récord, pero aquella tarea parecía un poco complicada.
¡¡Es que debían haberlo llevado acabo con anterioridad, no el mismo día del desfile por dios!! No sabia quien se interesaba de un diseño minutos antes de que lo exhibieran, pero muy inteligente no debía de ser...
-¡Las manos donde las vea!.-un momento... Esa no había sido mi voz para nada. Mucho mas varonil y áspera, con ligero acento ruso. Mierda.-¡Todos al piso maldita sea!
Corrí hacia los vestidores, no podía dejar que me observara mucho menos con las pintas que cargaba. La mascara ropa completamente negra y la pistola de juguete no jugaban mucho a mi favor.
-¿¡Pero que demoni...!?.-increíblemente, Lexa hija de la diosa de la indiscreción, se encontraba dentro de uno de los vestidores y al verme tuve que tapar su boca para evitar que nos descubrieran.
Es que en serio comenzaba creer que aquella chica era un policía privado disfrazado de chica hermosa.
arrinconé su cuerpo junto al mio mientras seguía manteniendo su boca presa en mi palma.-Su lindo ceño se frunció y comenzó a sacudirse, sin resultados.
-¡Abran todos los cubículos, no pueden dejar nada sin registrar!.-Otra voz varonil emitía aquel comunicado en los vestuarios.
Al oírlo, Lexa dejo de forcejear al instante y abrió los ojos de par en par mientras observaba los míos a escasos centímetros de los suyos.
-No te muevas.-susurre mientras la mantenía presa contras el espejo del cubículo.-ella negó varias veces con la cabeza, aun con sus grandes esmeraldas posadas en mis ojos.-¿si te suelto no vas a gritar?.-volvió a negar lentamente y con cierta reticencia la libere de mi agarre.
-¡Haz algo!.-su mano rápidamente me golpeo el brazo.
-¿Auch..?.-sobe mi hombro mientras asomaba mi cabeza por debajo del cubículo.-No son mas de tres, creo que puedo con ellos.-Hice ademan de salir pero Lexa tomo mi brazo herido y exclamo.
-¿Acaso estas loca? ¡te doblan en fuerza y ni decir que en altura también!.-Insultante...
-Sera mejor que te quedes aquí y dejes trabajar a la gente que sabe, niña...-repentinamente su expresión se volvió mas fría y asustada, y dirigía la vista a mi espalda. Maldición.
ESTÁS LEYENDO
La Delincuente Perfecta
DiversosA los 19 años de edad, Lexa Woods, hija de reconocidos padres en el mundo de la moda, y dueña de sobresalientes en la facultad de Derecho. Se verá envuelta en una escalofriante situación. Y es que la aparición de cierta rubia la hará conocer lo mas...