-Tal vez si Jordan no nos hubiese delatado nada de ésto estaría pasando.-John no dejaba de parlotear devuelta al famoso callejón que daba hasta a el punto de encuentro común, justo al lado del ahora famoso club La Terraza.
-Y probablemente a Clarke no se le habría salido de las manos la situación con los ricachones.-Aportó Echo.-Mírala, ya ni siquiera discute conmigo por entrometerme en "sus asuntos".
-Déjala ya, Echo.-Zanjó John, quién recibió una mirada molesta de la interpelada.
Habían pasado varios días desde la última vez que la había visto... Sus ojos verdes empapados de lágrimas rogándome que regresara, se habían clavado en mi mente y en mi pecho. No tenía idea de lo toxico que podía convertirse el aire, ni de que los minutos pudiesen alargarse tanto en un día. Tenía la estúpida esperanza de poder volver a la normalidad, de volver a despertar después de aquella noche frente a Lexa.
"No eres suficiente para mi, nunca lo fuiste si te das por vencida tan fácilmente".
"No cambiaría lo que siento, Clarke. Te cambiaría a tí"
"Por favor... No me dejes".
Mis esperanzas se desvanecían al recordar aquellas palabras, jamás volvería a faltarme el aire que me sobraba con Lexa, los minutos seguirán pasando a cuenta gotas porque no volverán a írse en los pequeños momentos que lográbamos estar una junto a la otra. La fuerte presión en mi pecho no disminuía ni un poco, al contrario, iba en subida a medida que pasaban las horas, haciéndose insoportable por las noches.
Trataba de aparentar estar en sintonía con la estúpida charla que mantenían John y Echo a mi costa, pero estaba costandome trabajo formar una oración coherente en aquellos momentos.
-La reunión comienza en... cinco minutos.-Avisó John.
-¿De donde lo sacaste?.-Echo observó el reloj con interés y John le devolvió la mirada receloso.
-Un tipo en el club se lo dejó en los lavados, vi la ocasión y no la desaproveché ¿A que esta está elegante?.-Echo asintió y se enfrascaron en una verdaderamente aburrida conversación sobre relojes "elegantes".
Los observé de reojo y no pude evitar sentirme incomoda y desencajada en aquel pequeño callejón. El que decidiera alejarme de Lexa no cambiaba el hecho de que no volviera a querer ser una delincuente, tampoco me consideraba una persona de valores, pero por mi mente ya no pasaban las mismas cosas que las que creía antes de conocer a Lexa.
Terminamos de cruzar la última esquina de aquél laberinto de callejones y Echo me sujetó del brazo para detenerme, dejando que John nos adelantase un poco.
-Clarke... no sé exactamente que fue lo que te llevo a cambiar de ideas, pero necesito que recuperes a la vieja Clarke Griffin para las reuniones, sabes qué pasaría si das un paso en falso.
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La Delincuente Perfecta
AléatoireA los 19 años de edad, Lexa Woods, hija de reconocidos padres en el mundo de la moda, y dueña de sobresalientes en la facultad de Derecho. Se verá envuelta en una escalofriante situación. Y es que la aparición de cierta rubia la hará conocer lo mas...